Por Nelson Alvarez Febles
Publicado en revista digital 80grados.net
Existen prácticas agrícolas alternativas que son
formas viables y económicamente compatibles para lograr rendimientos
satisfactorios, conservar los suelos, proteger el agua, reducir el uso de
fertilizantes y plaguicidas químicos y reducir los costos de producción.
National
Research Council (1989)
En Puerto Rico se importan entre el
75 y el 90 por ciento (según los datos que se manejen) de los alimentos
consumidos. Con frecuencia los alimentos que nos llegan son de segunda o
tercera calidad, como resulta claro para cualquiera que haya vivido en Estados
Unidos u otros países. Se importan alimentos tradicionales de nuestra dieta que
hasta hace pocas décadas se cultivaban extensamente en la Isla, como yautías,
yuca, ñames, habichuelas y maíz. En otros casos, como pasó con la producción de
pollos y huevos, a través de estrategias de mercadeo de dudosa legalidad como
el dumping o el acoso reglamentario,
se han destruido industrias locales para sustituirlas por importaciones de
producción masiva industrializada e incierto frescor.
La falta de producción local de
alimentos de calidad tiene impactos negativos sobre los hábitos alimenticios de
los puertorriqueños, y por lo tanto en la salud de la población. Para
satisfacer la demanda, se importan alimentos que recorren miles de millas desde
sus puntos de origen, lo que añade a problemas ecológicos como el cambio
climático. Si a lo anterior añadimos la vulnerabilidad de las
importaciones ante eventos catastróficos como un huracán, un tsunami o una
guerra, podemos comenzar a entender la urgencia para trabajar hacia un aumento
del autoabastecimiento alimentario.[2] Corregir la enorme dependencia sobre las
importaciones para alimentarnos debería ser una prioridad de política pública. Es
posible hacerlo a través de la agricultura ecológica, de forma respetuosa hacia
los recursos naturales, generando actividad económica interna y en sintonía con
nuestros patrones culturales.
La agricultura y la producción de alimentos hacia el 1950
Se hace difícil imaginar, ante el
tipo de urbanismo y uso de suelos actual, que el archipiélago de Puerto Rico
tuvo un desarrollo agrícola sofisticado y productivo. Para el año 1938-39 se
producía localmente un 65% de los alimentos que consumía una población de cerca
de dos millones de habitantes[3].
Además de la extensa variedad de alimentos producidos localmente, Puerto Rico
exportaba azúcar, café, algodón y tabaco. Esto nos indica que probablemente las
mejores tierras estaban dedicadas a cultivos de exportación, y por lo tanto
gran parte de nuestros alimentos provenían de una agricultura realizada en las
laderas de colinas y montañas.
Nuestros estudios nos llevan a
concluir que, en términos generales, en el pasado nuestros campesinos, los
jíbaros y los pequeños y medianos agricultores, utilizaban tecnologías
apropiadas que protegían los suelos de la erosión, hacían un uso sustentable
del agua y promovían una diversidad de cultivos que intensificaba la producción
en terrenos inclinados que hoy se tienden a considerar marginales para la
agricultura.
Incluimos una foto de un paisaje agrícola hacia los años 50,
donde se observan componentes productivos diversos: bosques, probablemente de
café, siembras y ranchos de tabaco, cultivo de plátanos y guineos, pastos, etc.
El observador cuidadoso descubre en estas fotos técnicas que hoy se consideran
de conservación de suelos y de manejo sustentable (zanjas al contorno, siembras
de cobertura vegetal en las áreas más suceptibles a la erosión y biodiversidad
productiva). La pérdida de masa boscosa primaria en la Isla fue dramática para
esa época, quedando poco más del 5% a mitad del siglo pasado. Sin embargo, no
quiere decir que los suelos quedaban descubiertos, privados de protección
vegetal, pues el tipo de agricultura que se practicaba incluía rotaciones de
cultivos, agroforestería, pastos para ganado y siembras en las escorrentías.
También se protegían los nacimientos de las fuentes de agua y los bordes de las
quebradas y ríos. [4]
Esa tecnología agrícola, de origen
taino con innovaciones de origen árabes, canarias, españolas y africanas, fueron
rápidamente descartadas y sustituidas, especialmente a partir de los años cincuenta
del siglo pasado, por técnicas típicas de una agricultura industrializada de
altos insumos externos (fertilizantes de síntesis química, plaguicidas,
semillas híbridas, riego extensivo y maquinaria pesada) más apropiadas a climas
templados y terrenos llanos.
Un ejemplo dramático fue la
destrucción masiva a partir de los años setenta de los bosques de cafetales
tradicionales, para sembrar café al sol utilizando maquinaria pesada que
destruía la cubierta vegetal y el mantillo del suelo para depositarlo en
escorrentías y quebradas, el abandono de
las zanjas y el uso intensivo de abonos
inorgánicos, plaguicidas y herbicidas. En pocas décadas se ha visto cómo la
ganancia a corto plazo en producción de granos de café llevó a niveles
importantes de erosión, contaminación y pérdida de productividad, hasta el
punto que las autoridades tuvieron que volver a incentivar la siembra del café
con sombra en policultivos.
Abandono de la agricultura y producción de alimentos
El abandono de la agricultura como
actividad económica importante fue rápido y dramático. Como ejemplo, en 1950 la
producción agrícola en Puerto Rico
representó el 25.6% del producto
interno total y empleó 36.2% de la fuerza laboral. Cuarenta años
después, para el 1990 las cifras correspondientes fueron 1.7% y 3.7%.
LA AGRICULTURA EN LA ECONOMÍA DE
PUERTO RICO (porcientos)
|
1950
|
1990
|
2008
|
Del ingreso interno total
|
25.6
|
1.7
|
0.5
|
Del empleo total
|
36.2
|
3.7
|
1.2
|
Fuente: Informe Económico, Junta de Planificación, ELA, 1990;
Compendio de Datos, BGF/PR, 2008
Si analizamos la tabla que sigue
vemos cómo esa merma de actividad agrícola se traduce dramáticamente en cambios
en el uso de terrenos:
ÁREA EN PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y NÚMERO
DE FINCAS
AÑO
|
CUERDAS[5]
AGRÍCOLAS
|
NÚMERO DE FINCAS
|
PROMEDIO CUERDAS/FINCAS
|
% ÁREA DE PUERTO RICO
|
1935
|
1,913,047
|
52,790
|
36.2
|
87
|
1998
|
865,478
|
19,951
|
43.4
|
39
|
2002
|
690,687
|
17,659
|
39.1
|
31
|
2007
|
557,530
|
15,745
|
35.4
|
25
|
Fuente:
Departamento de Agricultura de Puerto Rico.
NOTA: Una cuerda es
igual a 4,000 metros cuadrados, 0.4 hectareas.
Entre 1935 y 2007 se perdieron para la agricultura y/o se dejó
de producir en 1,355,517 cuerdas. Si en el 1935 87% del área total del
archipiélago estaba dedicado a alguna actividad agrícola, en el 2007 solamente
fue un 25% del territorio.[6]
El descenso en el número de fincas ha sido proporcional al abandono agrícola de
la tierra, pero el tamaño promedio de las fincas ha permanecido entre 35 y 40
cuerdas. Este último dato podría ser indicativo de que ese tamaño de unidad es
suficiente para que una finca en el País sea productiva y sustentable. La
experiencia nos demuestra que -sujeto a variables como suelos, topografía,
vegetación, tipo de producción, entre otras- las fincas de 25 cuerdas pueden
ser unidades viables en modelos de agricultura ecológica familiar, integrada,
diversificada, intensiva y sustentable.
Disponibilidad actual de terrenos para la agricultura
Grandes cantidades de terrenos en
Puerto Rico dejaron de tener usos agrícolas, pero esto no quiere decir que
estén disponibles en la actualidad para la siembra, pues una gran parte de los
mejores suelos han sido utilizados para el desparrame urbano horizontal y la
construcción de carreteras, centros comerciales con sus enormes zonas de
estacionamiento, entre otros usos del suelo promovidos por el modelo
desarrollista dominante.
A continuación se presentan algunos
datos sobre la disponibilidad actual de suelos para la agricultura, aunque
probablemente sea menor si tomamos en consideración aspectos limitantes como la
erosión, contaminación de suelos y agua, acceso y seguridad.[7]
TOTAL DE TERRITORIO DE PUERTO RICO, EN CUERDAS: 2,275,000
|
Entre 1935 y
2007 se dejó de producir en 1,355,517 cuerdas.
|
TIERRAS AGRÍCOLAS ÓPTIMAS PERDIDAS POR EL DESARROLLO Y LA
CONSTRUCCIÓN: 300,000
|
TIERRAS AGRÍCOLAS HOY
|
270,000 Terrenos óptimos,
llanos
|
600,000 Terrizos rojizo,
ondulantes
|
300,000 Inclinadas, para
producción de madera, agroforestería
|
TOTAL DISPONIBLE: 1,170,000
cuerdas
|
Como Puerto Rico es parte de una
realidad globalizada, no se pretende que produzcamos todos los alimentos que
consumimos. Lo aconsejable es priorizar en aquellos alimentos perecederos que
son de producción más fácil en nuestras condiciones geográficas y que además
son más nutritivos consumidos frescos, como las frutas, vegetales, carnes,
huevos, etc. También se debe enfatizar el cultivo de alimentos tradicionales a
nuestra dieta, como guineos, plátanos, tubérculos, panas, habichuelas, ajonjolí
y jengibre. Un tercer grupo deben ser cultivos con buen potencial económico,
exportador y con capacidad para el cultivo sustentable, como el café. Todos
estos cultivos son de mejor calidad y de mayor valor comercial cuando son
productos de la agricultura ecológica.
¿Cuánta tierra necesitaríamos para
desarrollar una economía agrícola que lleve a reducir en forma importante las
importaciones? Sin intención de presentar números concluyentes ni pretender
presentar cifras económicamente precisas, veamos algunos datos con la intención
de provocar la discusión. En la siguiente tabla se muestra la cantidad de
terreno necesaria por persona y año, según tres formas de hacer agricultura y
tres tipos de dietas.
CUERDAS PARA PRODUCIR ALIMENTOS
Agricultura de altos insumos externos para dieta actual con
alto consumo de animales: 1.25 c/p=5 millones cuerdas
|
Agricultura de altos insumos para dieta regular:
0.36 c/p= 1.44 millones cuerdas
|
Agricultura de bajos insumos externos para dieta adecuada:
0.18 c/p=720,000 cuerdas
|
C/P: Cuerdas por persona
En los primeros dos casos se trata
de la agricultura contemporánea industrializada que hace uso intensivo de
insumos como abonos químicos, plaguicidas, riego, mecanización, etcétera. En el
tercer caso se trata de una agricultura tipo ecológica que hace uso de los
recursos internos y cercanos a la finca para abonar, controlar plagas, mientras
reduce el uso de insumos como abonos químicos y plaguicidas tóxicos.
Sobre la manera de consumir los
alimentos, en el primer caso se trataría de una dieta con alto contenido de
productos animales, carbohidratos sencillos, grasas y comidas industrializadas
y rápidas, como la que predomina actualmente en Puerto Rico. En cuanto a la dieta
del segundo caso, podemos pensar en la que propone el USDA (Departamento de
agricultura del Estados Unidos, según siglas en inglés)[8]:
muchas frutas y vegetales, cereales, proteínas de buena calidad, consumo
moderado de animales, reducir cantidades en general y refrescos, azúcar, grasas
en particular.
En el tercer caso sería una dieta
cercana a las dietas tradicionales lacto-ovo-vegetariana de culturas
tradicionales como las de la India. Además, según la descripción de las dietas
tradicionales de muchos pueblos, el consumo de animales se sitúa alrededor del
10-20%, e incluye una gran diversidad de alimentos vegetales. El cronista Fray
Bartolomé de las Casas describe a los taínos, que eran agricultores, cazadores
y recolectores, como más vegetarianos que
carnívoros.
En Puerto Rico debemos optar, por
razones demográficas, económicas, políticas y ecológicas, por la tercera opción tanto en cuanto al tipo
de agricultura como de alimentación. Proponemos una agricultura ecológica de
bajos insumos; y una dieta puertorriqueña que incluya frutas y vegetales,
cereales como arroz y maíz, farináceos, con uso moderado de alimentos de origen
animal, especialmente huevos y lácteos, a los cuales estamos muy acostumbrados,
además de pollo, cerdo, res y pescado, según disponibilidad y preferencias.
Sobre temas de alimentación puertorriqueña, ver los excelentes trabajos de
Cabanillas y Ortíz Cuadra (biblografía al final).
Como hipótesis de trabajo proponemos
que bajo las condiciones descritas, promediando los distintos usos agrícolas de
la tierra, cada cuerda podría proveer alimentos para cuatro personas. Por lo
tanto, para producir la mitad de los alimentos para toda de la población, cuatro
millones de personas, de calidad y en forma sustentable, necesitaríamos medio
millón de cuerdas de terrenos agrícolas. Anteriormente hemos visto que en
Puerto Rico hay cerca de 900,000 cuerdas agrícolas disponibles, entre suelos óptimos
e inclinados, y unas 300,000 cuerdas adicionales para manejo agroforestal. El
medio millón de cuerdas necesario para suplir la mitad de las necesidades podría
dividirse entre los suelos óptimos y los ondulantes de mejor calidad.
Lo cual nos lleva a concluir que
potencialmente, utilizando técnicas de agricultura ecológica que produzcan en
forma sustentable a la vez que protejan, recuperen y conserven esas tierras
para el futuro, se puede producir una cantidad significativa de los alimentos
que necesitamos en Puerto Rico si separamos una cuarta parte del territorio
nacional para la agricultura.
Con el tiempo se podría, dentro de
los parámetros de la agricultura ecológica, intensificar[9]
para aumentar de forma sustentable la producción neta de alimentos de calidad
por área de suelo:
“Una urgente transformación hacia cultivos
agroecológicos es el único camino para ponerle fin al hambre y enfrentar los
desafíos del cambio climático y la pobreza rural, dijo Olivier De Schutter,
Relator Especial de Naciones Unidas para la alimentación, tras presentar su
informe anual, que tuvo como foco la agroecología y el derecho a la
alimentación ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en
diciembre de 2010. La agroecología puede duplicar la producción de alimentos en
10 años, a la vez que se mitigan las causas del cambio climático. Los procesos
industriales no imitan la naturaleza, la agroecología sí lo hace. Reemplaza los
insumos externos como el fertilizante mediante saberes de cómo combinar
plantas, árboles y animales de tal modo que se refuerce la productividad de la
tierra.” http://ipsnews.net/news.asp?idnews=54768
En el futuro habrá que pensar, si
queremos seguir produciendo alimentos de calidad para toda la población
mundial, en formas innovadoras y distintas de producción. El excelente
documental A Farm for the Future de Rebecca
Hosking investiga como se puede hacer una agriculura producitva de bajos
insumos energéticos y relativa estabilidad en el agroecosistema. La versión en
español, Una granja para el futuro,
se puede ver en: http://sites.google.com/site/sinpetroleo/cine/farmfuture
Más adelante veremos, en otros
artículos de esta serie, propuestas para la creación de esas fincas ecológicas
y el aporte en lo económico, ecológico y social que una transición a la
agricultura ecológica puede aportar para resolver muchos de los problemas que
tenemos en Puerto Rico. Veremos también criterios de valoración que van más
allá de lo estrictamente productivo –contribución al conjunto del territorio y
de la sociedad puertorriqueña- al ir hacia otra agricultura.
Esa transición hacia una seguridad y
soberanía alimentaria requerirá de un consenso nacional en cuanto el uso del
territorio a mediano y largo plazo, pues la propuesta de producir alimentos a
gran escala en Puerto Rico no es compatible con el modelo de desarrollo
dominante ni con una agricultura altamente depredadora de los recursos
naturales y dependiente de la importación de insumos industriales.
ALGUNA
BIBLIOGRAFÍA
Alvarez Febles, Nelson. (1993) Critique of contemporary agriculture and sustainable agriculture as an
option for development in Puerto Rico. Tesis
de maestría, Goddard College, Vermont.
____________ (2008) El
huerto casero: manual de agricultura orgánica. San Juan. (2010) La Tierra Viva: manual de agricultura
ecológica. Fideicomiso de Conservación de Puerto rico. San Juan.
Cabanillas de Rodríguez, Berta (1973). El puertorriqueño y su alimentación
a través de su historia (siglos XVI al XIX), Instituto de Cultura
Puertorriqueña, San Juan.
National Research Council. (1989) Alternative Agriculture. National Academy Press, Washington, DC. http://www.nap.edu/catalog.php?record_id=1208
Ortíz Cuadra, Cruz Miguel (2006). Puerto Rico en la olla: ¿Somos aún lo que comemos?Ed.
Doce Calles, Madrid.
[1] Este artículo está parcialmente basado
en “Producción ecológica de alimentos en el contexto de los usos de terreno en
Puerto Rico,” publicado en la Revista Entorno
18, CAAPPR, págs. 38-41, 2011. http://www.caappr.org/index.php?node=1118 Aquí incluímos una importante
corrección, pues cuando en el artículo mencionado se dice en la pág. 39 que
“necestaríamos un millón de cuerdas” para producir la mitad de los alimentos
para Puerto Rico, la cifra correcta es medio millón.
[2] Recomendamos los trabajos de la Dra. Myrna
Comas Pagán, profesora de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, sobre
seguridad y vulnerabilidad alimentaria, algunos de ellos disponibles en
Internet.
[3] Ver al final referencia a tesis de
maestría, 1993. A través de este artículo incluimos información extraída de
nuestros trabajos.
[4] La
foto (http://www.flickr.com/photos/tlehman/431959217/ ) fue
tomada por el Dr. H. Clair Amstutz, a finales de los años 1940. De la colección de fotos históricas de Puerto Rico de Tom
Lehman, tomadas por misioneros protestantes, disponible en Internet. Uso autorizado para este artículo.
[5] La cuerda es una medida de área
que equivale a 4000 metros cuadrados, 0.4 hectáreas.
[6] Actividad agrícola no equivale a producción de alimentos, pues en
las estadísticas agrícolas puertorriqueñas deel 2009-10 entre los 10 rubros
principales en importancia económica se incluye la crianza de caballos de paso
fino, plantas ornamentales y semillas (transgénicas) para la exportación. http://www2.pr.gov/agencias/Agricultura/estad%C3%ADsticas/Documents/Estad%C3%ADsticas/Distribucion%20del%20Valor%20de%20la%20Produccion%20Agricola%202009-10%20en%20Orden%20Importancia%20Economica.pdf
[7] No ha sido fácil obtener datos sobre
uso y disponibilidad de suelos para la agricultura. Aquí incluimos, entre
otros, información tomada del “Estimado de terrenos de uso agrícola para
sostener la demanda alimentaria de la población de Puerto Rico al 2006”, Hoja
de Datos Ambientales, Universidad de Puerto Rico, Mayagüez. También de “Hacia
una nueva visión de la agricultura pueretorriqueña”, Pablo E. Segarra Bosques y
Cecilio Lebrón Lebrón, ponencia presentada el 29 de abril de 2009 en la
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.
[9] Ver, por ejemplo, Jules Pretty
(2009). “Can Ecological Agriculture Feed Nine
billion People.” Monthly Review. http://monthlyreview.org/2009/11/01/can-ecological-agriculture-feed-nine-billion-people