Soberanía alimentaria, agricultura ecológica e investigación participativa


por Nelson Alvarez Febles(*)

Ponencia presentada al 3er Simposio de Agroecología, “La agroecología como rama investigativa y posibilidades para su aplicación en Puerto Rico,” presentado por SOCLA, el 2 de marzo de 2010, Universidad de Puerto Rico, Utuado.




0. A manera de introducción

Gracias a las organizadoras y los organizadores, agricultoras y agricultores e instituciones presentes, por la oportunidad de participar en el Tercer Simposio de Agroecología, a través de esta ponencia al panel Identificando necesidades y potencial de investigación participativa.

En estos breves apuntes intentaremos ofrecer ideas y algunas provocaciones dirigidas a argumentar que, primero, Puerto Rico tiene que encarar urgentemente el tema de la soberanía alimentaria; segundo, en nuestra Isla es imposible pensar un futuro de producción sostenible de alimentos en cantidades significativas sin asumir como estrategia central las premisas de la agricultura ecológica; y, tercero, que en ese proceso será necesario utilizar metodologías de investigación participativa. Terminamos haciendo un punteo sobre temas que pensamos podrían, entre muchos otros, ser objeto de investigación participativa futura.


1. La soberanía alimentaria, agenda urgente

Durante el Siglo 20 se logró establecer como un derecho la seguridad alimentaria, el derecho a la población de un país a suficientes alimentos de calidad a través de todo el año. Por mucho tiempo esto se entendió como una responsabilidad de los estados, para lo cual se desarrollaron estrategias nacionales de investigación, extensión, almacenamiento y distribución. Las importaciones eran vistas como complementos a la producción nacional, y solamente en casos de emergencias humanitarias (causadas por desastres naturales o guerras) se justificaba la ayuda alimentaria mediante importaciones masivas.

Sin embargo, en las últimas décadas del Siglo 20, en plena expansión de la economía neo-liberal, se modifica el concepto de seguridad alimentaria bajo presión de los países industrializados con enormes excedentes de alimentos y las compañías transnacionales que monopolizan el comercio internacional de ‘commodities’ agrícolas (alimentos que se venden a granel sujetos a especulación en los mercados). Se estableció que lo importante era tener acceso a los alimentos en el mercado internacional, y se desmantelaron las estructuras de seguridad alimentaria en los países en desarrollo, bajo exigencias de las agencias internacionales crediticias como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Unos tras otro, en plena campaña para reducir el tamaño de los estados en vías de desarrollo a través de las privatizaciones, se obliga a los países más pobres a dejar en manos privadas la investigación, el desarrollo y la producción agrícola.

Se sacrifican las reservas nacionales de alimentos y se prioriza el acopio de divisas para comprar alimentos en el extranjero, alimentos que muchas veces eran ajenos a las mejores tradiciones agrícolas y culturales nacionales. Para conseguir esas divisas se promueven los cultivos de lujo para la exportación (café, palmas aceiteras, monocultivos de árboles para papel, etc.), en detrimento de la producción local de alimentos.

El impacto negativo de esas políticas sobre las economías nacionales, los recursos naturales y las poblaciones rurales es historia. Como respuesta, en el 1996, durante una reunión sobre recursos vegetales para la agricultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultora (la FAO), en Leipzig, Alemania, la Via Campesina, que reune a millones de agricultores familiares de todo el mundo, lanzó el nuevo concepto de la Soberanía Alimentaria, el cual incluye entre sus premisas que:

· La alimentación es un derecho humano básico.
· Todos los pueblos y estados tienen el derecho a definir sus propias políticas agrícolas y alimentarias.
· Se debe garantizar el bienestar y la permanencia de la población rural.
· Los pueblos tienen el derecho a producir la comida en su territorio, en formas que refuercen sus valores culturales y respeten el medio ambiente.
· Los pueblos indígenas, las comunidades locales, los campesinos, los agricultores, especialmente las mujeres, tienen derecho a contar con los recursos necesarios para producir comida, lo cual incluye acceso y control sobre la tierra, las semillas, el agua, los créditos y los mercados.

Hacia el año 1940 la agricultura puertorriqueña producía azúcar, tabaco y otros rubros para la exportación, mientras suplía el 65% del mercado interno de alimentos. Necesitamos volver a producir localmente una parte importante de nuestras necesidades nutricionales, si queremos garantizar en el futuro una soberanía alimentaria que ofrezca algo de seguridad en la disponibilidad y calidad de alimentos, desarrollo económico local sostenible y afinidad cultural.


2. La agricultura ecológica, agenda inevitable

Desde hace algún tiempo venimos argumentado que no hay un verdadero futuro agrícola para Puerto Rico, como proveedor significativo de alimentos para nuestra población, si no adoptamos como estrategia central la producción agroecológica. Veamos algunos argumentos:

· Nuestro territorio no aguanta más maltrato ni contaminación a sus recursos naturales agrícolas, como es el caso de los suelos, aguas y biodiversidad (silvestre y agraria). También se debe tener en cuenta el impacto negativo sobre la salud de la población de las prácticas agrícolas contaminantes.

Por lo tanto cualquier intervención agrícola masiva, como la que sería necesaria para producir una parte significativa de nuestros alimentos, no solamente no puede continuar deteriorando el medio natural, sino que tiene que incluir estrategias de mitigación y recuperación ambiental.

En cuanto a la salud humana, existen pruebas científicas que relacionan muchos problemas de salud física y mental –incluyendo algunas enfermedades muy comunes en Puerto Rico- con el abuso de químicos tóxicos en la agricultura y el procesamiento de los alimentos.

· Tenemos serios problemas en Puerto Rico de disposición de desperdicios sólidos, algunos de los cuales podrían a ser materia prima para la agricultura ecológica.

A través de un manejo apropiado, gran parte de los desperdicios orgánicos caseros e industriales, así como las podas, desyerbos y residuos de jardinería, pueden servir de abonos orgánicos. Existen experiencias a través del mundo que lo demuestran.

ADVERTENCIAS: (1) Estamos en contra del uso de abonos que son sub-productos del manejo de lodos urbanos, el llamado sludge, por lo menos hasta que no se garantice que están libres de productos contaminantes; (2) El reciclaje de desperdicios debe formar parte de esfuerzos más amplios para reducir la cantidad de basura que generamos los puertorriqueños.

· Hace falta intensificar la producción para producir alimentos en forma ecológica y eficiente en una Isla super-poblada como la nuestra.

La intensificación a través del modelo de monocultivos en base a un alto nivel de insumos externos tipo revolución verde (agro-químicos, fertilizantes de síntesis, riegos, semillas híbridas o transgénicas, maquinaria pesada), más allá de los problemas que ha causado a través del planeta, no es una opción en nuestro caso.

Mientras tanto, existen muchos ejemplos de cómo las fincas agroecológicas pequeñas y medianas pueden ser netamente más productivas que las grandes extensiones en monocultivos industriales. Cuando se cuantifican todos los alimentos y otros productos agrícolas y servicios que proveen las fincas familiares a través del año, resultan ser altamente productivas.

· Como país y ciudadanos debemos reducir nuestra huella ecológica sobre el planeta. L@s puertorriqueñ@s tenemos tasas muy altas de uso de energía, producción de residuos, contaminación química y de generación de gases que ayudan al efecto invernadero y al cambio climático.

A la agricultura, transporte y procesamiento de alimentos a nivel mundial se le adjudica una parte de la responsabilidad sobre el cambio climático. Nosotros no solamente hacemos una agricultura altamente dependiente de la mecanización y productos derivados de hidrocarburos, también refrigeramos y transportamos nuestros alimentos desde largas distancias para traerlos a la Isla por barco y avión. Las prácticas agroecológicas deberían ayudar a reducir nuestra huella ecológica.


3. La investigación participativa, agenda necesaria

Existen múltiples propuestas para la investigación participativa:

· Algunas plantean modestas concesiones en la ejecución de sus estudios por parte de los investigadores técnicos y académicos ante las poblaciones objeto.
· Otras incluyen a los supuestos beneficiarios de las investigaciones en la formulación de objetivos y el desarrollo de estrategias para la implementación de nuevas propuestas, pero los técnicos mantienen el control.
· Una genuina investigación participativa parte de un paradigma distinto al modelo dominante, y los técnicos y las comunidades agrícolas trabajan en situación de igualdad y respeto mutuo desde el diagnóstico, el desarrollo de las metodologías, los estudios de campo, hasta la implementación de las innovaciones a nivel de la finca y la evaluación de las experiencias.

En relaciones de paridad entre los técnicos y los agricultores el conocimiento, sea científico, comunitario, empírico o hereditario, es valorado en términos igualitarios.

En la tabla que sigue vemos algunos ejemplos de cambios de paradigmas
(NOTA DEL AUTOR: el formato de tabla no sale aquí en el blog, usamos los números 1 y 2 para indicar las columnas):

Comparación de paradigmas entre (1)la investigación académica y
(2) la investigaciónla participativa

1. La investigación en manos de los técnicos
2. La investigación desde los agricultores y comunidades
Meta
1.Hacer los proyectos más eficientes
2.Metas múltiples: económicas, ecológicas y sociales

Objetivo
1. Definición externa de los grupos designados como objeto de los proyectos de desarrollo
2. Múltiples articulaciones con diversos actores; coaliciones amplias y alianzas para el cambio social

Métodos principales para el análisis y la planificación
1. Armar registros, cuestionarios, relevar data, valoración del beneficiario, análisis de costo beneficio
2. Acción y aprendizaje participativo y metodologías participativas complementarias, democracia deliberativa, defensa, construcción de coaliciones, acción directa

Roles dominantes y relaciones
1. El tecnócrata iluminado y paternalismo benevolente
2. Paridad social genuina y complementariedad en el ejercicio del poder
Condicionamientos externos
1. El contexto más amplio es ignorado, no se cuestionan temas como los derechos de propiedad, tenencia de la tierra, relaciones sociales, adopción de decisiones, estructuras y procesos
2. Explícitamente preocupados por el cambio del contexto más amplio de la vida de la gente: metas sociales y ecológicas, diversidad de opciones, muchos futuros posibles

Metas de desarrollo
1. Mejoramiento de productos y servicios
2. Minimizar la necesidad para la intervención externa, autonomía
Diversidad (social y ecológica)
1. Baja
2. Alta
(Adaptado de: Michel P. Pimbert.2003.)

A continuación sugerimos algunas puntas para la investigación participativa agroecológica en Puerto Rico:

3.1. ¿Cómo sumar biodiversidad productiva a la finca? En Puerto Rico urge enfocar en los agroecositemas de montaña, por la capacidad que tienen de diversificación e intensificación productiva.

· Estudiar diversos componentes de producción y la (inter)relación entre ellos: hortalizas, tubérculos, forestales, animales, apicultura, cultivos de alta rentabilidad (cash crops): café, flores, frutas exóticas, maderas nobles, plantas medicinales.

3.2. Estabilización ecológica y productiva de la finca orgánica.

· Control de erosión del suelo.
· Manejo de los ciclos del agua.
· Manejo de la fertilidad de los agroecosistemas a través de la materia orgánica, rotaciones y asociaciones de cultivos.
· Establecimiento de componentes permanentes y semi-permanentes en la finca; estudio de sistemas tradicionales e integración de estrategias de permacultura.
· Reducción/estabilización de las plagas y enfermedades en el agroecosistema.
· Diversidad de productos en el espacio y el tiempo.

3.3. El uso de leguminosas y otras plantas como coberturas y acompañamiento en las rotaciones de cultivos para añadir resiliencia al agroecosistema.

· El uso de leguminosas rastreras (habichuelas aladas, aterciopeladas, etc.) en acompañamiento de cultivos y descanso de los suelos.
· Multiplicidad de funciones en las coberturas: manejo de humedad, materia orgánica, control de vegetación no deseada, biodiversidad, polinización, protección del suelo.
· ‘Manojos’ (bundles) de cultivos como coberturas en las rotaciones para que cumplan varias funciones: soltar el suelo y sub-suelo, añadir nutrientes, control de vegetación, proveer biomasa, funciones alopáticas, etc.

3.4. Complementos para el sustento de la familia agrícola en la finca agroecológica.

· La finca orgánica y el mercadeo directo alternativo; con apoyo comunitario (CSA).
· El ecoturismo participativo.
· La finca ecológica como espacio educativo.
· La micro-industrialización para añadir valor en la finca: mermeladas, bebidas, pastelería, dulces, artesanías, comidas, ensaladas, entre otros.
· Producción y venta de productos y servicios para la agricultura: abonos orgánicos, semillas, plantines, arado con bueyes, transporte de mercancías, etc.

3.5. El agricultor y la agricultora como custodios de la biodiversidad agrícola.

· Criterios para seleccionar variedades en la finca orgánica.
· Los agricultores como mejoradores de cultivos.
· Sistemas comunitarios para conservar, reproducir y distribuir semillas orgánicas.
· Recuperación de variedades nativas adaptadas a los agroecosistemas puertorriqueños.
· Re-introducción cultural de cultivos y variedades tradicionales en la alimentación y el mercado.

Muchas gracias y esperamos que estas notas aporten a construir esa otra agricultura posible que Puerto Rico necesita y merece.
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(*)El autor es especialita en agricultura ecológica y políticas públicas en biodiversidad agrícola, y autor de "El Huerto Casero: manual de agricultura orgánica" (2008) y "La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica" (1993, abril 2010). Correo electrónico: info@ecoser.org


Referencias y recursos:

Nelson Alvarez Febles. (Inédito) “De la autosuficiencia alimentaria a la colonia, camino de la soberanía alimentaria.” Capítulo para un libro sobre soberanía alimentaria en Puerto Rico, de próxima publicación.

IDRC. “Recursos de información sobre la investigación y el desarrollo participativo.” Canadá.
http://www.crdi.ca/lacro/ev-85105-201-1-DO_TOPIC.html

GRAIN (Nelson Alvarez Febles): “La biodiversidad agrícola produce más.” Revista Biodiversidad, junio 1998.

PANNA. Extensa literatura científica sobre el impacto de los plaguicidas sobre la salud y el medio ambiente. Hay información para expertos, agricultores y público en general.
http://www.pesticideinfo.org/
Pesticide Action Network of North America:
http://www.panna.org/

Michel P. Pimbert. 2009. Towards Food Sovereignty. Gatekeeper 141, IIED, Londres.
http://www.iied.org/pubs/pdfs/14855IIED.pdf

Michel P. Pimbert. 2003. “Participación en el manejo de la biodiversidad.” Revista Biodiversidad: sustento y cultura, núm 36, págs. 1-7, abril, Montevideo.
http://www.grain.org/biodiversidad_files/biodiv36-1-participacion.pdf

Jules Pretty. 2009. “Can Ecological Agriculture Feed Nine Million People?” Monthly Review, November.
http://monthlyreview.org/
Para conocer la excelente bibliografía de Jules Pretty sobre sustentabilidad agrícola:
http://www.julespretty.com/index.html

C. Reijntjes, B. Haverkort, A. Waters-Bayer. 1995. Cultivando para el futuro: introducción a la Agricultura de Bajos Insumos Externos. ILEIA/AGRECOL/REDES, Holanda/Uruguay.
http://latinoamerica.leisa.info/index.php?url=about.tpl