La soberanía alimentaria en Puerto Rico: historia y desafíos

Por Nelson Alvarez Febles

Serie agricultura ecológica y soberanía alimentaria en Puerto Rico | Parte 2


Por Nelson Alvarez Febles

Serie agricultura ecológica y soberanía alimentaria en Puerto Rico | Parte 2

Durante el Siglo 20 se logró establecer a nivel internacional a la seguridad alimentaria como un derecho, definida como el derecho a la población de un país a suficientes alimentos de calidad a través de todo el año. Por mucho tiempo esto se entendió como una responsabilidad de los estados, para lo cual se desarrollaron estrategias nacionales de investigación, extensión, almacenamiento y distribución. Las importaciones eran vistas como complementos a la producción nacional, y solamente en casos de emergencias humanitarias (causadas por desastres naturales o guerras) se justificaba la ayuda alimentaria mediante importaciones masivas.

Sin embargo, en las últimas décadas del pasado siglo, en plena expansión de la economía neoliberal, se modificó el concepto de seguridad alimentaria bajo presión de los países industrializados con enormes excedentes de alimentos y de las compañías transnacionales que monopolizan el comercio internacional de ‘commodities’ agrícolas (alimentos que se venden a granel sujetos a especulación en los mercados). Se estableció que lo importante era tener acceso a los alimentos en el mercado internacional, por lo tanto las exigencias de las agencias internacionales crediticias como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial obligaron al desmantelamiento de las estructuras de seguridad alimentaria en los países en desarrollo.

Unos tras otro, en plena campaña para reducir el tamaño de los estados en vías de desarrollo a través de las privatizaciones, se obliga a los países más pobres a dejar en manos privadas corporativas la investigación, el desarrollo y la producción agrícola.  Se sacrifican las reservas nacionales de alimentos y se prioriza el acopio de divisas para comprar alimentos en el extranjero, alimentos que muchas veces eran ajenos a las mejores tradiciones nacionales agrícolas y culturales. Para conseguir esas divisas se promueven los productos agropecuarios para la exportación (café, palmas aceiteras, monocultivos de árboles para papel, camarones, carne, más recientemente la soja transgénica, etc.), en detrimento de la producción local de alimentos.

Puerto Rico ha sido un buen ejemplo del abandono de la agricultura local para depender de la importación –mayormente de los Estados Unidos- para obtener los alimentos. La Dra. Myrna Comas (2011), de la Universidad de Puerto Rico, sostiene que importamos el 85% de los alimentos, y que tenemos reservas en la Isla para solamente algunas semanas. En años recientes se ha ido gestando en el imaginario social una creciente preocupación por la seguridad alimentaria. En la tabla que sigue señalamos algunas percepciones sobre cómo nos afecta la inseguridad alimentaria, ofrecemos argumentos que tienden a sustentar percepciones y apuntamos a sectores de la sociedad que las comparten:

Aumenta en Puerto Rico la preocupación con la seguridad alimentaria
Percepción  pública
Constatación
Sectores que apoyan
1. Existe una relación entre cómo se producen los alimentos y su frescura con la calidad nutricional.
Existen estudios que argumentan que los productos en los cuales se utilizan técnicas ecológicas tienen mayor contenido de vitaminas y minerales, así como qué los alimentos industrializados son menos saludables.
Los naturistas, vegetarianos, practicantes de terapias alternativas, tiendas de productos naturales, deportistas, educadores, nutricionistas.
2. La agricultura industrializada utiliza plaguicidas  que tienen impactos negativos  sobre la salud.
Existe evidencia científica abrumadora que relaciona el uso de plaguicidas con enfermedades serias y problemas natales y peri-natales. (www.panna.org)
Ecologistas, movimiento de agricultura orgánica, practicantes de la lactancia materna, biólogos, sectores de salud pública.
3. Hay una relación entre la agricultura industrial de altos insumos externos y el deterioro del medio ambiente.
La agricultura contemporánea es responsable de la erosión de terrenos, contaminación de aguas superficiales y subterráneas y la pérdida de biodiversidad.
Movimiento de agricultura orgánica, ecologistas, agroecólogos, planificadores.
4. Como importamos la mayoría de los alimentos, nos exponemos  a hambrunas y desorden civil en caso de desastres naturales como huracanes fuertes y tsunamis.
Importamos casi el 90% de los alimentos consumidos y apenas tenemos reservas en Puerto Rico para algunas semanas (Comas Pagán, 2011), mientras que la producción agrícola es poca y en parte orientada a sectores que no aportan alimentos al país.
Científicos sociales, comerciantes del ramo de la alimentación, planificadores.
5. Los amantes de la buena comida y la creciente industria de restaurantes gourmet valoran la mejor calidad de los alimentos frescos.
Aumentan los restaurantes dedicados a la cocina gourmet, y crece el número de chefs que valoran la calidad y sabor que aportan los productos frescos y orgánicos.
Público con poder adquisitivo medio alto, turismo.
6. Sectores de la población hacen una afirmación cultural al comer alimentos frescos y tradicionales de la dieta puertorriqueña.
En los supermercados ha aumentado la presencia de alimentos tradicionales a la dieta puertorriqueña, como tubérculos, frutas y jugos; además aumentan los restaurantes criollos, tanto de comida rápida como gourmet y nueva cocina.
Sectores que se esfuerzan por afirmar la puertorriqueñidad  en su vida cotidiana y toman decisiones que apoyan esa convicción.
                                                 

La soberanía alimentaria , contenidos y antecedentes

En la tabla anterior se recogen aspectos que van más allá de la seguridad alimentaria, los cuales forman parte de un concepto más moderno. En el 1996, durante una reunión sobre recursos vegetales para la agricultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultora (la FAO), en Leipzig, Alemania, la Via Campesina -que en la actualidad agrupa a más de 150 organizaciones en 70 países que representan a 200 millones de campesinos y campesinas, pueblos indígenas, pescadores artesanales y otras comunidades locales- lanzó el nuevo concepto de la Soberanía Alimentaria, el cual incluye entre sus premisas que:

·  La alimentación es un derecho humano básico.
·  Es el derecho de los pueblos a alimentos sanos y culturalmente adecuados, producidos mediante métodos sostenibles.
·  Todos los pueblos y estados tienen el derecho a definir sus propias políticas agrícolas y alimentarias.
·  Se da prioridad a la producción y consumo local de alimentos y se proporciona a cada país el derecho de proteger a sus productores locales de las importaciones baratas y controlar la producción.
·  Se debe garantizar el bienestar  y la permanencia de la población rural, favoreciendo una agricultura con agricultores.
·  Los pueblos tienen el derecho a producir la comida en su territorio, en formas que refuercen sus valores culturales y respeten el medio ambiente.
·  Los pueblos indígenas, las comunidades locales, los campesinos, los agricultores, especialmente las mujeres, tienen derecho a contar con los recursos necesarios para producir comida, lo cual incluye acceso y control sobre la tierra, las semillas, el agua, los créditos y los mercados.


A principios de los años noventa las organizaciones no gubernamentales que venían siguiendo el desarrollo del concepto de los derechos de los agricultores en las negociaciones internacionales, se encuentran con una ofensiva desde varios frentes para eliminar lo logrado hasta entonces dentro la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación). Comenzaba la ofensiva por el control de los recursos genéticos para la agricultura y la alimentación por parte de las multinacionales de las semillas, agroquímicos, farmacéuticas y alimentos.

El primer paso fue cambiar, dentro de las negociaciones para el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), aprobado en Río de Janeiro en 1992, el concepto de las semillas como patrimonio de la humanidad por el de la soberanía de cada país sobre la biodiversidad y los conocimientos asociados. También se debilitó el principio de los derechos de los agricultores para imponer, bajo los tratados de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la homogenización mundial en cuanto a los derechos de propiedad intelectual sobre los seres vivos y sus componentes. Lo que se busca es que los países aprueben patentes o, como alternativa, sistemas de derechos de los fitomejoradores como el tratado UPOV 91, recientemente aprobado en Chile, que protejan los derechos de las compañías que se dedican a producir industrialmente semillas, muchas veces híbridas o transgénicas.

Ante esta triple embestida desde la FAO, el CBD y la OMC, las ONGs, las organizaciones de los pueblos indígenas y las nuevas organizaciones campesinas, principalmente la Via Campesina, comienzan a explorar marcos legales alternativos para defender los derechos de los pueblos y comunidades locales a sus recursos naturales, genéticos y culturales. Desde GRAIN (Genetic Resources Action Internacional) tuvimos la oportunidad de participar en ese proceso, tanto desde algunas de las reuniones internacionales como desde la investigación.

Se comienza a abandonar conceptos más estrechos, como los derechos de los agricultores, o la búsqueda de alternativas para la propiedad de los recursos (tanto biológicos como el conocimiento asociado) dentro del marco legal internacional vigente. En 1995 GRAIN publicó un trabajo (ver bibliografía, abajo) que incluyó los resultados de una investigación nuestra que  proponía varias líneas de argumentación para acercar los derechos de las comunidades locales e indígenas a la categoría de derechos universales/humanos: derechos de patrimonio, derechos territoriales y derechos comunitarios.

El año 1996 fue llamado el año de la biodiversidad agrícola por algunas ONGs, debido al gran número de reuniones internacionales relacionadas con la temática, entre ellas la FAO y el CBD (GRAIN, 2000). En junio las organizaciones de la sociedad civil organizaron una gran reunión paralela a un importante evento de la FAO para aprobar un plan global de acción sobre recursos genéticos vegetales, celebrado en Leipzig, Alemania. Fue allí cuando la Via Campesina, abandonando el intento de acomodarse a los tratados internacionales y marcos legales vigentes, lanzó el nuevo concepto de Soberanía Alimentaria.

Mediante la soberanía alimentaria, Vía Campesina introduce nuevas premisas  para pensar las políticas alimentarias, agrícolas y de desarrollo rural. Habiendo introducido una alternativa viable, Vía Campesina transforma el debate internacional. El concepto de soberanía alimentaria ha sido recogido por instituciones como la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés), y la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, mientras ha sido asumido por varios países como política nacional.


Producción de alimentos y soberanía en Puerto Rico

Hacia el año 1940 la agricultura puertorriqueña producía azúcar, tabaco y otros rubros para la exportación, mientras suplía el 65% del mercado interno de alimentos. Hoy no se llega ni al 15% y representa poco más del uno por ciento del empleo. Necesitamos volver a producir localmente una parte importante de nuestras necesidades nutricionales, si queremos garantizar en el futuro una soberanía alimentaria que ofrezca algo de seguridad en la disponibilidad y calidad de alimentos, desarrollo económico local sostenible y afinidad cultural.

En el caso de Puerto Rico, para poder ejercer una soberanía alimentaria que posibilite la producción ecológica de una cantidad significativa de alimentos para nuestra población, sería necesario desarrollar la soberanía sobre varios aspectos de nuestra realidad política. Veamos algunos ejemplos:

1.     1.  Controlar las importaciones agrícolas para establecer:
          ·        Calidad de los alimentos.
          ·         Presencia y niveles residuales de productos químicos tóxicos.
          ·         Cumplimiento en los países exportadores de las normas internacionales de derechos del trabajo y                       otros tratados.

2.      2. .Control del comercio exterior para diversificar las exportaciones y las importaciones, tanto en cuanto rubros como en destinos, y proteger la producción interna de cultivos y alimentos.
           
3.     3.  Políticas impositivas para respaldar la agricultura ecológica y sustentable:

·         Impuestos a la contaminación ambiental según nivel de toxicidad de productos y tecnologías utilizados (Pearce, 2003).
·         Impuestos según nivel de impacto y daño a los recursos naturales importantes para la agricultura: agua, aire, suelo, biodiversidad.
·         Impuestos según el nivel de la carga de carbono de la actividad agrícola y producción de alimentos: gasto de combustibles fósiles (macanización, transporte, almacenamiento), uso de abonos y derivados de petróleo, cantidad y tipo de empaques.
·         Sistema de créditos a favor de los que contaminen menos, tengan menor impacto sobre el medio ambiente, por el uso de recursos internos y locales en la finca, conservación de la diversidad genética para la agricultura y la alimentación, entre otras razones.


Puerto Rico cuenta con los recursos naturales de suelo, agua y clima, la infraestructura, el capital, una juventud preparada, el mercado, las técnicas, la capacidad empresarial y el respaldo público necesarios para comenzar a crear una agricultura ecológica y moderna capaz de producir eficientemente una parte significativa de nuestros alimentos. Contamos aún, a pesar del modelo de desarrollo dominante durante las últimas cinco o seis décadas, con 270,000 cuerdas de terrenos llanos óptimos para agricultura, con otras 600,000 cuerdas de suelos profundos con declives moderados (Alvarez Febles, 2011). Existen otras 300,000 cuerdas que se podrían utilizar para producir, en forma sustentable y con gran biodiversidad, parte de la madera que necesitamos y obtener otros bienes y servicios de los bosques. Aún quedarían  cientos de miles de cuerdas para vida silvestre, servicios ambientales y recreo. Hace falta desarrollar la voluntad y las herramientas políticas para hacerlo.


FUENTES DE INFORMACIÓN

Artículos

Alvarez Febles, Nelson (2011). “Producción ecológica de alimentos en el contexto de los usos de terrenos en Puerto Rico”. Revista Entorno 18, págs. 38-40, San Juan. http://issuu.com/cesteves/docs/entorno18

Comas Pagán, Myrna (2011). “La seguridad alimentaria en Puerto Rico y la cadena de suministro de alimentos.” Revista Corriente Verde, San Juan. http://www.corrienteverde.com/editoriales%20anteriores/seguridad%20alimentaria%20en%20puerto%20rico.html

GRAIN (1995). “Towards a biodiversity community rights regimes”. Barcelona.  http://www.grain.org/article/entries/28-towards-a-biodiversity-community-rights-regime

GRAIN (2000). “Evaluando el año de la biodiversidad”. Compendio de la Revista Biodiversidad, Montevideo. http://www.grain.org/fr/article/entries/811-evaluando-el-ano-de-la-biodiversidad-agricola

Pearce, David (2003). “Fertilizer and Pesticide Taxes for Controlling Non-point Agricultural

Otras

Estadísticas agrícolas del Departamento de Agricultura del Estado Libre Asociado de Puerto Rico: http://www.gobierno.pr/DA/Estadisticas/

Producción de agricultura orgánica en el mundo: International Federation of Organic Farming Movements (IFOAM): Annual Report 2010, p. 1. http://www.ifoam.org/about_ifoam/inside_ifoam/pdfs/IFOAM_Annual_Report_2010_web.pdf

Información en Internet sobre algunos de los temas tratados