sembramos este espacio donde compartimos nuestros haceres, pensares y sentires. Provocamos el encuentro a través de escritos sobre agricultura y propuestas verdes, sobre salud y las búsquedas comunitarias para autogestionarla, y la literatura fuente y producto creativo. La alegría de compartir miradas creativas y esperanzadoras de que podemos construir un mundo solidario, respetuoso ecológicamente sustentable y alegremente posible.
PREENTACIONES DE "LA TIERRA VIVA: MANUAL DE AGRÍCULTURA ECOLÓGICA"
Nelson Alvarez Febles, experto en agricultura orgánica, ecología social y el desarrollo sustentable, estará presentando su nueva publicación titulada La tierra viva: manual de agricultura ecológica durante el mes de septiembre en varias localidades alrededor de la isla.
“Este libro ha sido producto de años de dedicación, práctica y estudio por muchas personas en cuanto al cultivo y manejo sustentable de la tierra, que al fin y al cabo es la cuna de nuestra cadena alimentaria,” señala Alvarez Febles, también autor del popular libro El huerto casero: manual de agricultura orgánica.
Originalmente publicado en el 1994, esta nueva versión brinda una visión amplia acerca de la sustentabilidad agroecológica y provee al lector las herramientas necesarias para producir alimentos mediante prácticas ecológicas de cultivo de la tierra. “Con el doble de páginas, la participación de un sólido equipo de colaboradores y nuevas ilustraciones, La Tierra Viva incluye secciones sobre siembras urbanas, apicultura tropical, árboles frutales orgánicos, mercadeo de productos ecológicos, además de varios apéndices e índices que hacen que sea un verdadero manual sobre la agricultura ecológica”, añade el autor.
El Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico auspició esta nueva versión del libro. A través de iniciativas como ésta, el Fideicomiso apoya la producción de materiales educativos que fomentan la diseminación de información acerca de nuestros ecosistemas y los servicios esenciales que éstos nos proveen, incluyendo alimentos saludables.
La Tierra Viva es una herramienta para la producción de alimentos a través de la agricultura ecológica. En el libro, generosamente ilustrado, se describe desde cómo seleccionar la finca, preparar el terreno, sembrar, fertilizar, controlar plagas y enfermedades, hasta cómo mercadear los productos orgánicos. Disponible en las tiendas del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico y las principales librerías del país, las 284 páginas del libro se dividen en doce capítulos y varios apéndices llenos de información práctica.
El autor, Nelson Alvarez Febles, puertorriqueño, entró en contacto con la agricultura orgánica desde los años setenta. Ha sido director del Proyecto Agro-Orgánico de Cubuy, encargado de agricultura ecológica del INEDA/Universidad Metropolitana y oficial de programa de GRAIN en Barcelona y Montevideo. Fue editor/fundador de la revista Biodiversidad: sustento y culturas y autor de varios libros. En la actualidad trabaja para promover la agricultura ecológica en Puerto Rico a través de talleres y otras actividades educativas.
Algunos principios, ejemplos y recomendaciones de la agricultura orgánica y ecológica
Por Nelson Alvarez Febles
1. PRINCIPIOS DE LA AGRICULTURA ECOLÓGICA
Utilizamos el nombre de agricultura ecológica al referirnos a todas las variantes de agricultura alternativa que tienen la salud del ecosistema, la viabilidad económica a largo plazo y la responsabilidad social como metas. Lo que llamamos agricultura ecológica recoge conceptos que se vienen desarrollando bajo una gran variedad de nombres y enfoques: agricultura orgánica, biológica, biodinámica, sostenible, permacultura, alternativa o el manejo integrado de plagas. Más allá de los nombres, la agricultura ecológica debe ser:
• Económicamente sostenible: viabilidad en el tiempo, en cuanto a la finca como unidad, en cuanto a la región, recursos, bajos insumas externos, rentabilidad estable, integración de todos los componentes: producción, mercadeo, tecnología, investigación participativa.
• Ecológicamente sensitiva: protección, recuperación y regeneración de los recursos no renovables, en vez de degradación y agotamiento; sintonía con el naturaleza; uso del reciclaje; uso de tecnologías/energías alternas; protección de la biodiversidad; tecnología libre de agroquímicos que afectan el agua, la tierra, el aire, la flora y la fauna; productos sin residuos tóxicos para el ser humano.
• Socialmente justa: salarios y entradas dignas para los agricultores y trabajadores, respeto por sistemas y conocimientos tradicionales, igualdad de derechos para la mujer, alimentos suficientes en calidad y cantidad para los productores en todo el planeta, respeto por la diversidad cultural; consideración por los efectos que la agricultura produce en la sociedad, el medio ambiente, la economía, las generaciones futuras y pueblos de otros países.
Los anteriores son principios generales para una agricultura orgánica/ecológica. Este tipo de agricultura utiliza las prácticas que protegen los recursos naturales a la vez que producen alimentos más saludables:
• Variedad de cultivos a través de la utilización de la rotación de cosechas, los cultivos intercalados y el descanso del suelo o la selección de variedades de cultivos que se adapten bien a las condiciones de suelo y clima de la finca.
• La utilización de materia orgánica para mejorar los suelos y nutrir los cultivos, la minimización del uso de abonos no orgánicos.
• El uso de controles no tóxicos para el control de plagas y enfermedades.
• Controles mecánicos y orgánicos de la vegetación no deseada, en vez de usar herbicidas.
• El aprovechamiento y reciclaje de los recursos internos de la finca y de la vecindad, para reducir en lo posible los costos de producción.
• La protección del suelo de la erosión, la no contaminación de los recursos naturales, la protección de las especies autóctonas -herencia genética- fomento de la biodiversidad y la regeneración del ecosistema local.
La agricultura ecológica ofrece la oportunidad de proteger la tierra y las aguas, recursos naturales muy abusados. Nuestras montañas tienen suelos altamente erosionados debido a siglos de cultivo y pastoreo sin la necesaria protección. Las quebradas y ríos sufren de sedimentación, lo que perjudica la cantidad y calidad de nuestros abastos de agua. Las prácticas agrícolas actuales son en parte responsables de la destrucción de los hábitats acuáticos naturales, con repercusiones que van desde las cuencas hidrográficas, los cuerpos de agua dulce, los estuarios y deltas marinos, hasta los arrecifes costeros.
El uso y abuso de fertilizantes químicos sintéticos y pesticidas es asociado con importantes problemas ambientales, que incluyen la contaminación de aguas, extinción de fauna y flora, la destrucción de la capa de ozono de la atmósfera y la erosión de los suelos ante la destrucción del mantillo (top soil) y el agotamiento de la materia orgánica.
Los problemas ambientales causados por las prácticas agrícolas actuales han sido motivo de amplia discusión y preocupación internacional desde hace años. En una conferencia internacional sobre el Mediterráneo, los científicos concluyeron que la principal causa de contaminación de aquel mar había dejado de ser la industria, para pasar a ser responsabilidad de la agricultura.
La agricultura industrializada es señalada como una importante fuente de los problemas que causan el cambio climático. La deforestación y la erosión de los suelo reducen la capacidad de la naturaleza de secuestrar el dióxido de carbono y aumentan el reflejo del calor y la luz. La agricultura industrial es una gran consumidora de combustibles fósiles, tanto en la producción de insumos como en la producción y transporte de los alimentos. A través del aumento del consumo de carne en el planeta la ganadería industrial contribuye significativamente a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, como el metano.
En varios países del mundo la agricultura ecológica/orgánica es parte de la política oficial de los gobiernos y se incluye dentro de las estrategias que pueden contribuir a reducir los problemas que causan el cambio climático. Según una organización norteamericana pionera en la práctica e investigación sobre la agricultura orgánica, el Rodale Institute, el manejo orgánico de los suelos puede almacenar más de mil libras de carbono por cuerda, en vez de producir pérdidas de carbono como sucede en sistemas agrícolas no orgánicos.
Al utilizar materiales biodegradables y biológicos y al integrar grandes cantidades de materia orgánica como abonos y acondicionadores, la agricultura ecológica protege y mejora los suelos, a la vez que evita la contaminación del medio ambiente.
La agricultura ecológica ve al suelo como un componente activo, dinámico y vivo, y utiliza prácticas que lo protegen, mejoran y renuevan.
La agricultura ecológica recicla los deshechos orgánicos y utiliza métodos naturales para el control de plagas y enfermedades. Al reciclar materiales orgánicos resuelve también importantes problemas de desperdicios sólidos.
La agricultura ecológica, en vez de destruir, integra los sistemas naturales de la flora y la fauna nativa, ayudando así a la protección de las especies autóctonas. La conservación o creación de setos, rocadales y hábitats acuáticos crea condiciones favorables para los pájaros, insectos, reptiles y anfibios, los cuales en su mayoría son considerados beneficiosos, y no como enemigos de los cultivos.
La agricultura industrializada y la industria alimenticia son un engranaje más de la máquina productiva y comercial, en que los criterios importantes son la apariencia, el tamaño y la alta productividad en menos tiempo y a menor costo. Por lo general juzgamos a los vegetales y las frutas por su tamaño y apariencia, pero raras veces por su valor alimenticio y el sabor, y menos aún por la cantidad de residuos tóxicos que puedan contener o el impacto ecológico de su producción.
Pocas personas están conscientes de los miles de productos químicos que son legalmente utilizados en el cultivo, conservación y preparación de los alimentos: plaguicidas, fungicidas, herbicidas, abonos, conservantes, colorantes, estabilizantes, etc. Prácticamente todos los alimentos que diariamente consumimos, líquidos y sólidos, contienen varios de estos químicos. Aunque las agencias gubernamentales reglamentan las cantidades que pueden estar presente en los alimentos, los mecanismos de investigación y reglamentación son constantemente cuestionados, y no pasa mucho tiempo sin que nos enteremos de que algunos de estos productos autorizados son declarados peligrosos para la salud.
Los productos orgánicos ofrecen una garantía saludable, además de ser más ricos en sabor y nutrientes. Si no tenemos contacto con los productores orgánicos, la certificación por una organización responsable nos ayuda a confiar en la calidad de los productos.
La agricultura ecológica es una alternativa real para producir alimentos sin degradar nuestro medio ambiente, fomentar la producción local y ofrecer productos más sanos y nutritivos.
2. EJEMPLOS DE VIABILIDAD Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICUTURA ECOLÓGICA
• Tras una extensa investigación y revisión de literatura, el prestigioso y oficialista National Reserach Council de Estados Unidos, publicó un informe en 1989 donde se concluye, entre otras cosas, que existen prácticas agrícolas alternativas que son formas viables y económicamente compatibles para lograr rendimientos satisfactorios, conservar los suelos, proteger el agua, reducir el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos y reducir los costos de producción.
• En un trabajo nuestro del 1995, tras una extensa revisión de literatura, encontramos que a través de la biodiversidad del agroecosistema, el manejo integrado de recursos y el uso del conocimiento local tradicional, la agricultura que tiene a la biodiversidad como uno de sus ejes de manejo es netamente más productiva que la agricultura industrializada.
• Según un informe de la International Federation of Organic Agriculture Movements (IFOAM), en el año 2005 se hizo agricultura orgánica en 120 países, sobre un área de 31 millones de hectáreas más 20 millones de héctareas adicionales de bosques y áreas silvestres bajo manejo sustentable (para un total 110 millones de cuerdas), en 623,000 fincas orgánicas en todo el mundo. Los países con más área en agricultura orgánica fueron Australia, China, Argentina, y la zona con mayor porcentaje fue Europa.
• Un estudio canadiense reciente encontró, al comparar 16 fincas convencionales y 14 orgánicas, que en las fincas orgánicas había más diversidad de especies de plantas, tanto nativas como exóticas.
• En la Universidad de Wisconsin en el 2008 se publicó un estudio, resultado de investigaciones en fincas por 13 y 8 años, el cual demostró que los sistemas de cultivos diversificados y de bajos insumos externos pueden ser tan productivos por unidad de tierra como los sistemas convencionales.
• Unos investigadores de la Universidad de Michigan demostraron que la agricultura orgánica tiene el potencial de producir tantos alimentos, si no más, que lo que se producen hoy a través de la agricultura contemporanea. La mayor disponibilidad de nitrógeno (abonos verdes, materia orgánica), rotaciones de cultivos, asociaciones de cultivos, agroforestería, fincas integradas, manejo eficiente del agua, protección del suelo, son las bases de ese aumento de producción.
La agricultura orgánica tiene un enorme potencial para resolver varios de los problemas que tiene la humanidad a principios del siglo XXI, entre ellos ecológicos como el cambio climático, económicos como la necesidad de generar riqueza y recursos a nivel local en todo el mundo, y sociales como lo es la escasez de alimentos para grandes grupos de personas.
3. RECOMENDACIONES
En cuanto políticas públicas para fomentar la agricultura orgánica
en Puerto Rico:
• Recuperar y documentar el conocimiento tradicional.
• Rescatar la tierra para la agricultura.
• Promover prácticas de agricultura orgánica y ecológica.
• Promover el manejo responsable de los recursos naturales.
• Promover la investigación participativa entre agricultores y técnicos (ver abajo).
• Educar a niños y niñas en las prácticas ecológicas y en la cultura del agro.
• Aprender a cultivar y cocinar lo que cosechamos.
• Comprar lo que se produce localmente.
• Favorecer la diversidad productiva y de consumo.
• Comprometernos con la responsabilidad inter-generacional.
Algunas áreas consideradas prioritarias para la investigación participativa en agricultura ecológica
• ¿Cómo sumar biodiversidad productiva a la finca? En Puerto Rico urge enfocar en los agroecositemas de montaña, por la capacidad que tienen de diversificación e intensificación productiva.
• Estabilización ecológica y productiva de la finca orgánica.
• El uso de leguminosas y otras plantas como coberturas y acompañamiento en las rotaciones de cultivos para añadir resiliencia al agroecosistema.
• Complementos para el sustento de la familia agrícola en la finca agroecológica.
• El agricultor y la agricultora como custodios de la biodiversidad agrícola.
NOTA: Peparado como parte de una iniciativaa a favor políticas públicas a favor de la agricultura orgáncia, agosto 2010
Para recibir una copia del escrito anterior con notas bibliográficas, favor escribir al autor: info@ecoser.org
1. PRINCIPIOS DE LA AGRICULTURA ECOLÓGICA
Utilizamos el nombre de agricultura ecológica al referirnos a todas las variantes de agricultura alternativa que tienen la salud del ecosistema, la viabilidad económica a largo plazo y la responsabilidad social como metas. Lo que llamamos agricultura ecológica recoge conceptos que se vienen desarrollando bajo una gran variedad de nombres y enfoques: agricultura orgánica, biológica, biodinámica, sostenible, permacultura, alternativa o el manejo integrado de plagas. Más allá de los nombres, la agricultura ecológica debe ser:
• Económicamente sostenible: viabilidad en el tiempo, en cuanto a la finca como unidad, en cuanto a la región, recursos, bajos insumas externos, rentabilidad estable, integración de todos los componentes: producción, mercadeo, tecnología, investigación participativa.
• Ecológicamente sensitiva: protección, recuperación y regeneración de los recursos no renovables, en vez de degradación y agotamiento; sintonía con el naturaleza; uso del reciclaje; uso de tecnologías/energías alternas; protección de la biodiversidad; tecnología libre de agroquímicos que afectan el agua, la tierra, el aire, la flora y la fauna; productos sin residuos tóxicos para el ser humano.
• Socialmente justa: salarios y entradas dignas para los agricultores y trabajadores, respeto por sistemas y conocimientos tradicionales, igualdad de derechos para la mujer, alimentos suficientes en calidad y cantidad para los productores en todo el planeta, respeto por la diversidad cultural; consideración por los efectos que la agricultura produce en la sociedad, el medio ambiente, la economía, las generaciones futuras y pueblos de otros países.
Los anteriores son principios generales para una agricultura orgánica/ecológica. Este tipo de agricultura utiliza las prácticas que protegen los recursos naturales a la vez que producen alimentos más saludables:
• Variedad de cultivos a través de la utilización de la rotación de cosechas, los cultivos intercalados y el descanso del suelo o la selección de variedades de cultivos que se adapten bien a las condiciones de suelo y clima de la finca.
• La utilización de materia orgánica para mejorar los suelos y nutrir los cultivos, la minimización del uso de abonos no orgánicos.
• El uso de controles no tóxicos para el control de plagas y enfermedades.
• Controles mecánicos y orgánicos de la vegetación no deseada, en vez de usar herbicidas.
• El aprovechamiento y reciclaje de los recursos internos de la finca y de la vecindad, para reducir en lo posible los costos de producción.
• La protección del suelo de la erosión, la no contaminación de los recursos naturales, la protección de las especies autóctonas -herencia genética- fomento de la biodiversidad y la regeneración del ecosistema local.
La agricultura ecológica ofrece la oportunidad de proteger la tierra y las aguas, recursos naturales muy abusados. Nuestras montañas tienen suelos altamente erosionados debido a siglos de cultivo y pastoreo sin la necesaria protección. Las quebradas y ríos sufren de sedimentación, lo que perjudica la cantidad y calidad de nuestros abastos de agua. Las prácticas agrícolas actuales son en parte responsables de la destrucción de los hábitats acuáticos naturales, con repercusiones que van desde las cuencas hidrográficas, los cuerpos de agua dulce, los estuarios y deltas marinos, hasta los arrecifes costeros.
El uso y abuso de fertilizantes químicos sintéticos y pesticidas es asociado con importantes problemas ambientales, que incluyen la contaminación de aguas, extinción de fauna y flora, la destrucción de la capa de ozono de la atmósfera y la erosión de los suelos ante la destrucción del mantillo (top soil) y el agotamiento de la materia orgánica.
Los problemas ambientales causados por las prácticas agrícolas actuales han sido motivo de amplia discusión y preocupación internacional desde hace años. En una conferencia internacional sobre el Mediterráneo, los científicos concluyeron que la principal causa de contaminación de aquel mar había dejado de ser la industria, para pasar a ser responsabilidad de la agricultura.
La agricultura industrializada es señalada como una importante fuente de los problemas que causan el cambio climático. La deforestación y la erosión de los suelo reducen la capacidad de la naturaleza de secuestrar el dióxido de carbono y aumentan el reflejo del calor y la luz. La agricultura industrial es una gran consumidora de combustibles fósiles, tanto en la producción de insumos como en la producción y transporte de los alimentos. A través del aumento del consumo de carne en el planeta la ganadería industrial contribuye significativamente a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, como el metano.
En varios países del mundo la agricultura ecológica/orgánica es parte de la política oficial de los gobiernos y se incluye dentro de las estrategias que pueden contribuir a reducir los problemas que causan el cambio climático. Según una organización norteamericana pionera en la práctica e investigación sobre la agricultura orgánica, el Rodale Institute, el manejo orgánico de los suelos puede almacenar más de mil libras de carbono por cuerda, en vez de producir pérdidas de carbono como sucede en sistemas agrícolas no orgánicos.
Al utilizar materiales biodegradables y biológicos y al integrar grandes cantidades de materia orgánica como abonos y acondicionadores, la agricultura ecológica protege y mejora los suelos, a la vez que evita la contaminación del medio ambiente.
La agricultura ecológica ve al suelo como un componente activo, dinámico y vivo, y utiliza prácticas que lo protegen, mejoran y renuevan.
La agricultura ecológica recicla los deshechos orgánicos y utiliza métodos naturales para el control de plagas y enfermedades. Al reciclar materiales orgánicos resuelve también importantes problemas de desperdicios sólidos.
La agricultura ecológica, en vez de destruir, integra los sistemas naturales de la flora y la fauna nativa, ayudando así a la protección de las especies autóctonas. La conservación o creación de setos, rocadales y hábitats acuáticos crea condiciones favorables para los pájaros, insectos, reptiles y anfibios, los cuales en su mayoría son considerados beneficiosos, y no como enemigos de los cultivos.
La agricultura industrializada y la industria alimenticia son un engranaje más de la máquina productiva y comercial, en que los criterios importantes son la apariencia, el tamaño y la alta productividad en menos tiempo y a menor costo. Por lo general juzgamos a los vegetales y las frutas por su tamaño y apariencia, pero raras veces por su valor alimenticio y el sabor, y menos aún por la cantidad de residuos tóxicos que puedan contener o el impacto ecológico de su producción.
Pocas personas están conscientes de los miles de productos químicos que son legalmente utilizados en el cultivo, conservación y preparación de los alimentos: plaguicidas, fungicidas, herbicidas, abonos, conservantes, colorantes, estabilizantes, etc. Prácticamente todos los alimentos que diariamente consumimos, líquidos y sólidos, contienen varios de estos químicos. Aunque las agencias gubernamentales reglamentan las cantidades que pueden estar presente en los alimentos, los mecanismos de investigación y reglamentación son constantemente cuestionados, y no pasa mucho tiempo sin que nos enteremos de que algunos de estos productos autorizados son declarados peligrosos para la salud.
Los productos orgánicos ofrecen una garantía saludable, además de ser más ricos en sabor y nutrientes. Si no tenemos contacto con los productores orgánicos, la certificación por una organización responsable nos ayuda a confiar en la calidad de los productos.
La agricultura ecológica es una alternativa real para producir alimentos sin degradar nuestro medio ambiente, fomentar la producción local y ofrecer productos más sanos y nutritivos.
2. EJEMPLOS DE VIABILIDAD Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICUTURA ECOLÓGICA
• Tras una extensa investigación y revisión de literatura, el prestigioso y oficialista National Reserach Council de Estados Unidos, publicó un informe en 1989 donde se concluye, entre otras cosas, que existen prácticas agrícolas alternativas que son formas viables y económicamente compatibles para lograr rendimientos satisfactorios, conservar los suelos, proteger el agua, reducir el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos y reducir los costos de producción.
• En un trabajo nuestro del 1995, tras una extensa revisión de literatura, encontramos que a través de la biodiversidad del agroecosistema, el manejo integrado de recursos y el uso del conocimiento local tradicional, la agricultura que tiene a la biodiversidad como uno de sus ejes de manejo es netamente más productiva que la agricultura industrializada.
• Según un informe de la International Federation of Organic Agriculture Movements (IFOAM), en el año 2005 se hizo agricultura orgánica en 120 países, sobre un área de 31 millones de hectáreas más 20 millones de héctareas adicionales de bosques y áreas silvestres bajo manejo sustentable (para un total 110 millones de cuerdas), en 623,000 fincas orgánicas en todo el mundo. Los países con más área en agricultura orgánica fueron Australia, China, Argentina, y la zona con mayor porcentaje fue Europa.
• Un estudio canadiense reciente encontró, al comparar 16 fincas convencionales y 14 orgánicas, que en las fincas orgánicas había más diversidad de especies de plantas, tanto nativas como exóticas.
• En la Universidad de Wisconsin en el 2008 se publicó un estudio, resultado de investigaciones en fincas por 13 y 8 años, el cual demostró que los sistemas de cultivos diversificados y de bajos insumos externos pueden ser tan productivos por unidad de tierra como los sistemas convencionales.
• Unos investigadores de la Universidad de Michigan demostraron que la agricultura orgánica tiene el potencial de producir tantos alimentos, si no más, que lo que se producen hoy a través de la agricultura contemporanea. La mayor disponibilidad de nitrógeno (abonos verdes, materia orgánica), rotaciones de cultivos, asociaciones de cultivos, agroforestería, fincas integradas, manejo eficiente del agua, protección del suelo, son las bases de ese aumento de producción.
La agricultura orgánica tiene un enorme potencial para resolver varios de los problemas que tiene la humanidad a principios del siglo XXI, entre ellos ecológicos como el cambio climático, económicos como la necesidad de generar riqueza y recursos a nivel local en todo el mundo, y sociales como lo es la escasez de alimentos para grandes grupos de personas.
3. RECOMENDACIONES
En cuanto políticas públicas para fomentar la agricultura orgánica
en Puerto Rico:
• Recuperar y documentar el conocimiento tradicional.
• Rescatar la tierra para la agricultura.
• Promover prácticas de agricultura orgánica y ecológica.
• Promover el manejo responsable de los recursos naturales.
• Promover la investigación participativa entre agricultores y técnicos (ver abajo).
• Educar a niños y niñas en las prácticas ecológicas y en la cultura del agro.
• Aprender a cultivar y cocinar lo que cosechamos.
• Comprar lo que se produce localmente.
• Favorecer la diversidad productiva y de consumo.
• Comprometernos con la responsabilidad inter-generacional.
Algunas áreas consideradas prioritarias para la investigación participativa en agricultura ecológica
• ¿Cómo sumar biodiversidad productiva a la finca? En Puerto Rico urge enfocar en los agroecositemas de montaña, por la capacidad que tienen de diversificación e intensificación productiva.
• Estabilización ecológica y productiva de la finca orgánica.
• El uso de leguminosas y otras plantas como coberturas y acompañamiento en las rotaciones de cultivos para añadir resiliencia al agroecosistema.
• Complementos para el sustento de la familia agrícola en la finca agroecológica.
• El agricultor y la agricultora como custodios de la biodiversidad agrícola.
NOTA: Peparado como parte de una iniciativaa a favor políticas públicas a favor de la agricultura orgáncia, agosto 2010
Para recibir una copia del escrito anterior con notas bibliográficas, favor escribir al autor: info@ecoser.org
TALLERES DE LA TIERRA VIVA- agosto/oct 2010
con Nelson Álvarez y Raul Rosado en SIEMBRA TRES VIDAS
[INFORMACIÓN ADICIONAL EN: http://www.tallerestierraviva.blogspot.com/ ]
A partir de los conocimientos de nuestros agricultores y jíbaros e incorporando técnicas agroecológicas modernas, durante cuatro días haremos una experiencia práctica y teórica sobre cómo preparar una tala ecológica y productiva en terrenos inclinados de nuestras montañas.
Se trata de un taller de agricultura ecológica dividido en cuatro días, sobre cómo preparar y sembrar una tala ecológica y productiva en terrenos inclinados de montaña. En el taller trabajaremos sobre un área de bosque secundario. Se dejarán dos semanas entre cada día de trabajo para que la tala vaya ‘madurando’, es decir, que pase por los procesos normales de crecimiento de malezas, germinación de semillas, etc.
¿QUÉ APRENDERÁS?
Una vez reserve su plaza, hay varias maneras de hacer su pago:
[INFORMACIÓN ADICIONAL EN: http://www.tallerestierraviva.blogspot.com/ ]
A partir de los conocimientos de nuestros agricultores y jíbaros e incorporando técnicas agroecológicas modernas, durante cuatro días haremos una experiencia práctica y teórica sobre cómo preparar una tala ecológica y productiva en terrenos inclinados de nuestras montañas.
Se trata de un taller de agricultura ecológica dividido en cuatro días, sobre cómo preparar y sembrar una tala ecológica y productiva en terrenos inclinados de montaña. En el taller trabajaremos sobre un área de bosque secundario. Se dejarán dos semanas entre cada día de trabajo para que la tala vaya ‘madurando’, es decir, que pase por los procesos normales de crecimiento de malezas, germinación de semillas, etc.
¿QUÉ APRENDERÁS?
· Evaluación del terreno, desmonte y talado, planificación inicial y a largo plazo.
· Diseño y preparación de las siembras, control de erosión y flujos de agua, diseño y formación de bancos y terrazas.
· Siembra de la tala: surcos, hoyos, bancos; siembra directa y transplante; asociaciones y rotaciones.
. Mantenimiento de las siembras: desyerbar, abonamiento, control de plagas y enfermedades, riego, entre otras tareas.
. Mantenimiento de las siembras: desyerbar, abonamiento, control de plagas y enfermedades, riego, entre otras tareas.
· Arquitectura de las siembras, productividad en la finca ecológica, uso de maquinaria pequeña, manejo agroforestal, soberanía alimenticia...
¿DÓNDE Y CUÁNDO?
¿DÓNDE Y CUÁNDO?
Siembra Tres Vidas, Fase Barrio Caonillas, Aibonito.Cuatro domingos: 29 de agosto, 12 y 26 de septiembre, 10 de octubre, de 8am a 3:30pm cada día.
**En caso de eventos climáticos extremos se re-programarán las fecha.
COSTO
COSTO
El costo del taller completo es $240.Se solicita que las personas interesadas reserven su lugar haciendo un depósito de $120, por lo menos 15 días antes de la primera fecha.
HAY PLAZAS LIMITADAS.
Si quedan sitios disponibles, el costo por días individuales será de $75.
Los que paguen el taller completo al momento de apuntarse recibirán de regalo una copia del nuevo libro 'La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica', de Nelson Alvarez.
NINGÚN PAGO ES REMBOLSABLE.
¿CÓMO RESERVAR TU ESPACIO Y HACER SU PAGO?
¿CÓMO RESERVAR TU ESPACIO Y HACER SU PAGO?
Para reservaciones, favor llamar a Silka Besosa (787.525.5080) o a Raúl Rosado (787.202.0392).
Una vez reserve su plaza, hay varias maneras de hacer su pago:
1. Enviando un cheque o giro a nombre de 'Silka Besosa' al P.O. Box 93, Aibonito, PR 00705-0093
2. Siguiendo el enlace de PayPaL: PAGO POR PAYPAL EN: http://www.tallerestierraviva.blogspot.com/
3. Pagarle personalmente a Silka o a Raúl en cualquiera de los mercados agrícolas: Mercado Roosevelt (primer y tercer domingo de mes) o Viejo San Juan (todos los sábados).
EN CADA TALLER
EN CADA TALLER
Se servirá almuerzo y habrá agua disponible. Se sugiere que traigan algo sabroso y saludable para compartir en las meriendas.
Si tienen, se pide que cada persona traiga una o dos herramientas: palas, picos, machetes (si sabe usarlos), cubos, etc. Por feavor ponga sus iniciales en cada herramienta.
Recomendamos el uso de gorras, guantes, camisas con mangas, pantalones largos y botas o tenis. Favor traer protector solar y repelente.
¡LOS ESPERAMOS!
[INFORMACIÓN ADICIONAL EN: http://www.tallerestierraviva.blogspot.com/ ]
¡LOS ESPERAMOS!
[INFORMACIÓN ADICIONAL EN: http://www.tallerestierraviva.blogspot.com/ ]
VISITA CON LAS COMUNIDADES ABORÍGENES EN LA QUEBRADA DE HUMAHUACA, ARGENTINA
La Paleta del Pintor, en Maimará, en Jujuy, norte de Argentina
MAS FOTOS EN:
www.flickr.com/photos/ecoseragroeco/4797771363/in/set/72157624506426877
Por Nelson Alvarez Febles
En la provincia argentina de Jujuy, la más al norte del país y frontera con Bolivia, en apenas cinco mil kilómetros cuadrados existe una enorme diversidad cultural y geográfica. La puna son zonas áridas, semidesérticas sobre los tres mil metros (9000 pies, un metro son tres pies) de altura, de escasa vegetación y paisajes áridos, donde los campesinos andinos siembran papas y otros tubérculos y crían llamas y ovejas. En las yungas se encuentra una vegetación sub-tropical de bosques tupidos con muchas variedades de árboles y extensos monocultivos de caña de azúcar. Quizás el paisaje más conocido son las quebradas, amplios valles fluviales que bajan de los Andes, habitados desde hace miles de años por pueblos originarios, extensamente en sus partes más bajas cerca de los ríos, pero también con pequeñas poblaciones en las montañas que llegan hasta la puna.
La Quebrada de Humahuaca es probablemente la más conocida, y recibe muchos turistas por sus bellos poblados de arquitectura colonial, hermosos paisajes de montes multicoloridos y una gran riqueza arqueológica y artesanal. Es la ruta histórica desde los Andes al norte, de lo que hoy es Bolivia, el antiguo Alto Perú español. Por allí llegaron, primero los Incas y luego los españoles, a colonizar a los pueblos originarios.
Al inicio de la Quebrada, en la zona de Volcán, habita el pueblo originario Tilián. En un proceso actual de autorreconocimiento, los Omaguacas ha recuperado su identidad pre-incaica, por lo que algunos se niegan a aprender Quechua, alegando a que originalmente hablaban otra lengua que se perdió casi completamente. En este proceso de recuperación de identidad se encuentran también algunas comunidades en Tilcara y Maimará, que serían los Fiscaras y Maimaraes, entre otros.
Menos conocida es la rica historia y diversidad cultural de las comunidades tradicionales que habitan la Quebrada, Ayllus en la cosmología tradicional de la zona. Recientemente tuvimos la oportunidad de conocer algunos parajes y pobladores en Humauca de la mano de líderes comunitarios, gracias a una amiga que trabaja para la Coordinadora de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ). Las comunidades de Humahuca habitan en lugares que van desde los 1,700 a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar.
La líder comunitaria doña Yolanda Lamas nos acompañó a conocer su comunidad, el Aully Hornaditas, al norte de la ciudad de Humahuca. Allí visitamos el Cardón Sagrado, un cactus (Trichocereus Terschechii) de más de 500 años. Además de su papel ritual, los cardones crecen en terrenos áridos pedregosos y aportan madera en zonas donde los árboles son escasos e ingredientes con propiedades medicinales. La madera del cardón es utilizado para la construcción en casas de adobe, para hacer muebles y en artesanías. Yoly Lamas nos explicó cómo se organiza el uso de las tierras comunitarias y se reparten responsabilidades en el Ayllu. Lamas también nos contó del nuevo programa de estudios universitarios, la Tecnicatura de Desarrollo Indígena, del cual ella es una de las docentes. Implementado por el COAJ, la tecnicatura, primera en su género en Argentina, está destinada exclusivamente a miembros de las comunidades aborígenes.
Fuimos a almorzar comida típica de la zona a una casa de familia que se dedica a la agricultura y participa en una red de turismo rural alternativo. Hasta allí llegan turistas de todas partes del mundo para aprender sobre las construcciones de barro, la cultura tradicional y a hacer caminatas por la zona. Nos mostraron una acequia, antiguo canal para traer agua para sembrar en terrenos secos desde zonas más altas del cauce del río. Esas acequias se reparan, mantienen y se reparte el agua a través de un sistema ancestral de autoridades electas entre los miembros de la comunidad.
Más al sur en la quebrada visitamos el Ayllu Mama Qolla, en Tilcara, con Doña Teresa Cardozo, líder comunitaria, promotora rural y curadora de semillas. Cardozo trabaja en la recuperación de semillas campesinas, y ha viajado a Bolivia para reunirse con líderes de otras comunidades andinas y a Italia para participar de la red internacional de Slow Foods. Las comunidades de la Quebrada han rescatado, cultivan e intercambian variedades de quinua, maíz, nuña (poroto andino), ulloco y oca (tubérculos andinos), entre otros cultivos.
Además de agricultura, los habitantes de la Quebrada practican el pastoreo de llamas, guanacos, ovejas y cabras, animales que proveen lana, carne y otros productos que se usan en las familias, para las artesanías y venta en los mercados. También nos enteramos que a muchas horas de caminata hay proyectos comunitarios para recuperar antiguos estructuras de siembra –andenes y terrazas- y sistemas de riego.
Con Cardozo visitamos la Garganta del Diablo, un hermoso cañón en las tierras ancestrales de su comunidad de donde sale el agua para la ciudad de Tircala, en cuyo punto más alto hay una hermosa cascada. Allí, con Teresa y su hija de 7 años, quien ya despunta como futura líder, sentados sobre unas piedras después de pedirle permiso a la Pacha Mama a través de una sencilla ofrenda de hojas de coca, conversamos largo rato sobre lo que representa para su pueblo la recuperación de las semillas, la cultura y la tierra. Ellos tienen claro que sin el control sobre el territorio y los recursos naturales están condenados a desaparecer.
Los pocos días compartidos con las comunidades aborígenes en Humahuaca bastaron para convencernos de que la humanidad no se puede dar el lujo de perder esos pueblos, depositarios de saberes antiguos sobre el uso y la conservación sustentable de la naturaleza, y custodios de antiguas formas de conversar con todos los seres que nos acompañan en este viaje planetario.
Junio/julio 2010
Para información adicional se pueden comunicar con Alejandra Castro, cooperante de la COAJ, en San Salvador de Jujuy, Argentina:
castroklede@gmail.com
MAS FOTOS EN:
www.flickr.com/photos/ecoseragroeco/4797771363/in/set/72157624506426877
Por Nelson Alvarez Febles
En la provincia argentina de Jujuy, la más al norte del país y frontera con Bolivia, en apenas cinco mil kilómetros cuadrados existe una enorme diversidad cultural y geográfica. La puna son zonas áridas, semidesérticas sobre los tres mil metros (9000 pies, un metro son tres pies) de altura, de escasa vegetación y paisajes áridos, donde los campesinos andinos siembran papas y otros tubérculos y crían llamas y ovejas. En las yungas se encuentra una vegetación sub-tropical de bosques tupidos con muchas variedades de árboles y extensos monocultivos de caña de azúcar. Quizás el paisaje más conocido son las quebradas, amplios valles fluviales que bajan de los Andes, habitados desde hace miles de años por pueblos originarios, extensamente en sus partes más bajas cerca de los ríos, pero también con pequeñas poblaciones en las montañas que llegan hasta la puna.
La Quebrada de Humahuaca es probablemente la más conocida, y recibe muchos turistas por sus bellos poblados de arquitectura colonial, hermosos paisajes de montes multicoloridos y una gran riqueza arqueológica y artesanal. Es la ruta histórica desde los Andes al norte, de lo que hoy es Bolivia, el antiguo Alto Perú español. Por allí llegaron, primero los Incas y luego los españoles, a colonizar a los pueblos originarios.
Al inicio de la Quebrada, en la zona de Volcán, habita el pueblo originario Tilián. En un proceso actual de autorreconocimiento, los Omaguacas ha recuperado su identidad pre-incaica, por lo que algunos se niegan a aprender Quechua, alegando a que originalmente hablaban otra lengua que se perdió casi completamente. En este proceso de recuperación de identidad se encuentran también algunas comunidades en Tilcara y Maimará, que serían los Fiscaras y Maimaraes, entre otros.
Menos conocida es la rica historia y diversidad cultural de las comunidades tradicionales que habitan la Quebrada, Ayllus en la cosmología tradicional de la zona. Recientemente tuvimos la oportunidad de conocer algunos parajes y pobladores en Humauca de la mano de líderes comunitarios, gracias a una amiga que trabaja para la Coordinadora de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ). Las comunidades de Humahuca habitan en lugares que van desde los 1,700 a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar.
La líder comunitaria doña Yolanda Lamas nos acompañó a conocer su comunidad, el Aully Hornaditas, al norte de la ciudad de Humahuca. Allí visitamos el Cardón Sagrado, un cactus (Trichocereus Terschechii) de más de 500 años. Además de su papel ritual, los cardones crecen en terrenos áridos pedregosos y aportan madera en zonas donde los árboles son escasos e ingredientes con propiedades medicinales. La madera del cardón es utilizado para la construcción en casas de adobe, para hacer muebles y en artesanías. Yoly Lamas nos explicó cómo se organiza el uso de las tierras comunitarias y se reparten responsabilidades en el Ayllu. Lamas también nos contó del nuevo programa de estudios universitarios, la Tecnicatura de Desarrollo Indígena, del cual ella es una de las docentes. Implementado por el COAJ, la tecnicatura, primera en su género en Argentina, está destinada exclusivamente a miembros de las comunidades aborígenes.
Fuimos a almorzar comida típica de la zona a una casa de familia que se dedica a la agricultura y participa en una red de turismo rural alternativo. Hasta allí llegan turistas de todas partes del mundo para aprender sobre las construcciones de barro, la cultura tradicional y a hacer caminatas por la zona. Nos mostraron una acequia, antiguo canal para traer agua para sembrar en terrenos secos desde zonas más altas del cauce del río. Esas acequias se reparan, mantienen y se reparte el agua a través de un sistema ancestral de autoridades electas entre los miembros de la comunidad.
Más al sur en la quebrada visitamos el Ayllu Mama Qolla, en Tilcara, con Doña Teresa Cardozo, líder comunitaria, promotora rural y curadora de semillas. Cardozo trabaja en la recuperación de semillas campesinas, y ha viajado a Bolivia para reunirse con líderes de otras comunidades andinas y a Italia para participar de la red internacional de Slow Foods. Las comunidades de la Quebrada han rescatado, cultivan e intercambian variedades de quinua, maíz, nuña (poroto andino), ulloco y oca (tubérculos andinos), entre otros cultivos.
Además de agricultura, los habitantes de la Quebrada practican el pastoreo de llamas, guanacos, ovejas y cabras, animales que proveen lana, carne y otros productos que se usan en las familias, para las artesanías y venta en los mercados. También nos enteramos que a muchas horas de caminata hay proyectos comunitarios para recuperar antiguos estructuras de siembra –andenes y terrazas- y sistemas de riego.
Con Cardozo visitamos la Garganta del Diablo, un hermoso cañón en las tierras ancestrales de su comunidad de donde sale el agua para la ciudad de Tircala, en cuyo punto más alto hay una hermosa cascada. Allí, con Teresa y su hija de 7 años, quien ya despunta como futura líder, sentados sobre unas piedras después de pedirle permiso a la Pacha Mama a través de una sencilla ofrenda de hojas de coca, conversamos largo rato sobre lo que representa para su pueblo la recuperación de las semillas, la cultura y la tierra. Ellos tienen claro que sin el control sobre el territorio y los recursos naturales están condenados a desaparecer.
Los pocos días compartidos con las comunidades aborígenes en Humahuaca bastaron para convencernos de que la humanidad no se puede dar el lujo de perder esos pueblos, depositarios de saberes antiguos sobre el uso y la conservación sustentable de la naturaleza, y custodios de antiguas formas de conversar con todos los seres que nos acompañan en este viaje planetario.
Junio/julio 2010
Para información adicional se pueden comunicar con Alejandra Castro, cooperante de la COAJ, en San Salvador de Jujuy, Argentina:
castroklede@gmail.com
Taller de arado con bueyes y semillas campesinas en Orocovis
Los participantes en el taller de Orocovis
Por Nelson Alvarez Febles*
El día 2 de mayo se llevó a cabo un taller sobre arado con bueyes, promovido por la Organización Boricuá de Agricultura Eco-orgánica, en las montañas del centro de Puerto Rico en Orocovis. La actividad también estuvo enfocada en la conservación de las semillas, y como muy bien explicó Edgardo Alvarado, presidente de Boricuá, las semillas son tanto aquellas que reproducen plantas, así como el conocimiento campesino que permite sembrarlas, para así cultivar y cosechar los frutos de la tierra. Don José arando con los bueyes Muñeco y Pacheco.
El que escribe por primera vez estuvo ese día arando detrás de una yunta de bueyes. No es nada sencillo, pues además de lo escarpado del terreno y la velocidad a la que caminan, los bueyes están acostumbrados a responder al que los entrena. El señor que nos dio el taller se llama Don José, y lleva 50 años arando con bueyes. Como parte de la actividad se le hizo un merecido reconocimiento a Don José por su labor de conservación de esta valiosa tecnología.
Si aspiramos a producir alimentos en nuestra Isla en forma ecológica, rentable y sustentable, nuestros conocimientos campesinos no solo deben estar en nuestro pasado, sino también en el futuro. Son el resultado de siglos de prácticas que permitieron alimentar a nuestros pueblos y legar los recursos naturales para las generaciones siguientes. Esos saberes tienen mucho que aportar a la sustentabilidad futura de nuestra agricultura y a la soberanía alimentaria.
Los bueyes que se usaron el día del taller y que están en las fotos se llaman Muñeco y Pacheco, y por su color son 'Indios'. Es una raza ‘del país' de buey fuerte y ancho, descendientes de los que trajeron los españoles y adaptados durante siglos a nuestras montañas y el clima tropical húmedo. Son bajo, con una forma del chifle (cuerno) que facilita ponerle el yugo, de rabo delgado, piel fina y ancas altas. Esta raza es cada día más escasa en Puerto Rico, pues se favorecen otras porque dan más carne o leche.
Felicitamos a los que están conservando y recuperando esta tecnología, que es la más apropiada para arar nuestras tierras de montaña: no utiliza combustibles fósiles, protege la biodiversidad, los bueyes se alimentan con pastos, no contamina cuerpos de agua y protege los suelos de la erosión, a la vez que facilita las tareas de siembra. Cuando Cuba entró en el período especial en la década de los noventa ante la caída del comercio con el bloque soviético, una de las estrategias que se implementó para recuperar la capacidad de producir alimentos fue adiestrar 10,000 yuntas de bueyes para arar. En muchos países con climas tropicales es común el uso de arados tirados por animales. Recientemente, de forma tímida y con mucha burocracia, el gobierno de Puerto Rico ha comenzado a respaldar el uso por parte de nuestros agricultores de las yuntas para arar.
...y llegó la hora del almuerzo.
Además del arado con bueyes, en el taller se enseñó como conservar las semillas de los cultivos. Los participantes hicieron bolsitas de papel para almacenarlas, mientras se explicó cómo, dónde y por cuánto tiempo se conservan. Se enfatizó la importancia de intercambiar las semillas que se producen en los huertos y fincas orgánicas, pues se adaptan mejor a las condiciones locales, como los suelos, la altura y la cantidad de lluvia. También tienden a ser más resistentes a las plagas y enfermedades.
Agradecemos a todos y a todas los que siguen cultivando la esperanza y empeñados en sembrar futuros mejores.
Para ver más fotos, pueden ir a:
http://www.flickr.com/photos/ecoseragroeco/sets/72157623918184865/
Para ver un video del taller por Juanma Pagán, visitar:
http://www.youtube.com/watch?v=9jyHes_Geh0&
Si quieren más información sobre la Organización Boricuá:
www.organizacionboricua.blogspot.com
(*)El autor es especialista en agricultura ecológica y desarrollo sustentable, y autor de los libros El huerto casero: manual de agricultura orgánica, de La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica, y Los cuentos de Don Santos. Para contactar con el autor:
info@ecoser.org
Por Nelson Alvarez Febles*
El día 2 de mayo se llevó a cabo un taller sobre arado con bueyes, promovido por la Organización Boricuá de Agricultura Eco-orgánica, en las montañas del centro de Puerto Rico en Orocovis. La actividad también estuvo enfocada en la conservación de las semillas, y como muy bien explicó Edgardo Alvarado, presidente de Boricuá, las semillas son tanto aquellas que reproducen plantas, así como el conocimiento campesino que permite sembrarlas, para así cultivar y cosechar los frutos de la tierra.
El que escribe por primera vez estuvo ese día arando detrás de una yunta de bueyes. No es nada sencillo, pues además de lo escarpado del terreno y la velocidad a la que caminan, los bueyes están acostumbrados a responder al que los entrena. El señor que nos dio el taller se llama Don José, y lleva 50 años arando con bueyes. Como parte de la actividad se le hizo un merecido reconocimiento a Don José por su labor de conservación de esta valiosa tecnología.
Si aspiramos a producir alimentos en nuestra Isla en forma ecológica, rentable y sustentable, nuestros conocimientos campesinos no solo deben estar en nuestro pasado, sino también en el futuro. Son el resultado de siglos de prácticas que permitieron alimentar a nuestros pueblos y legar los recursos naturales para las generaciones siguientes. Esos saberes tienen mucho que aportar a la sustentabilidad futura de nuestra agricultura y a la soberanía alimentaria.
Los bueyes que se usaron el día del taller y que están en las fotos se llaman Muñeco y Pacheco, y por su color son 'Indios'. Es una raza ‘del país' de buey fuerte y ancho, descendientes de los que trajeron los españoles y adaptados durante siglos a nuestras montañas y el clima tropical húmedo. Son bajo, con una forma del chifle (cuerno) que facilita ponerle el yugo, de rabo delgado, piel fina y ancas altas. Esta raza es cada día más escasa en Puerto Rico, pues se favorecen otras porque dan más carne o leche.
Felicitamos a los que están conservando y recuperando esta tecnología, que es la más apropiada para arar nuestras tierras de montaña: no utiliza combustibles fósiles, protege la biodiversidad, los bueyes se alimentan con pastos, no contamina cuerpos de agua y protege los suelos de la erosión, a la vez que facilita las tareas de siembra. Cuando Cuba entró en el período especial en la década de los noventa ante la caída del comercio con el bloque soviético, una de las estrategias que se implementó para recuperar la capacidad de producir alimentos fue adiestrar 10,000 yuntas de bueyes para arar. En muchos países con climas tropicales es común el uso de arados tirados por animales. Recientemente, de forma tímida y con mucha burocracia, el gobierno de Puerto Rico ha comenzado a respaldar el uso por parte de nuestros agricultores de las yuntas para arar.
...y llegó la hora del almuerzo.
Además del arado con bueyes, en el taller se enseñó como conservar las semillas de los cultivos. Los participantes hicieron bolsitas de papel para almacenarlas, mientras se explicó cómo, dónde y por cuánto tiempo se conservan. Se enfatizó la importancia de intercambiar las semillas que se producen en los huertos y fincas orgánicas, pues se adaptan mejor a las condiciones locales, como los suelos, la altura y la cantidad de lluvia. También tienden a ser más resistentes a las plagas y enfermedades.
Agradecemos a todos y a todas los que siguen cultivando la esperanza y empeñados en sembrar futuros mejores.
Para ver más fotos, pueden ir a:
http://www.flickr.com/photos/ecoseragroeco/sets/72157623918184865/
Para ver un video del taller por Juanma Pagán, visitar:
http://www.youtube.com/watch?v=9jyHes_Geh0&
Si quieren más información sobre la Organización Boricuá:
www.organizacionboricua.blogspot.com
(*)El autor es especialista en agricultura ecológica y desarrollo sustentable, y autor de los libros El huerto casero: manual de agricultura orgánica, de La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica, y Los cuentos de Don Santos. Para contactar con el autor:
info@ecoser.org
Soberanía alimentaria, agricultura ecológica e investigación participativa
por Nelson Alvarez Febles(*)
Ponencia presentada al 3er Simposio de Agroecología, “La agroecología como rama investigativa y posibilidades para su aplicación en Puerto Rico,” presentado por SOCLA, el 2 de marzo de 2010, Universidad de Puerto Rico, Utuado.
Ponencia presentada al 3er Simposio de Agroecología, “La agroecología como rama investigativa y posibilidades para su aplicación en Puerto Rico,” presentado por SOCLA, el 2 de marzo de 2010, Universidad de Puerto Rico, Utuado.
0. A manera de introducción
Gracias a las organizadoras y los organizadores, agricultoras y agricultores e instituciones presentes, por la oportunidad de participar en el Tercer Simposio de Agroecología, a través de esta ponencia al panel Identificando necesidades y potencial de investigación participativa.
En estos breves apuntes intentaremos ofrecer ideas y algunas provocaciones dirigidas a argumentar que, primero, Puerto Rico tiene que encarar urgentemente el tema de la soberanía alimentaria; segundo, en nuestra Isla es imposible pensar un futuro de producción sostenible de alimentos en cantidades significativas sin asumir como estrategia central las premisas de la agricultura ecológica; y, tercero, que en ese proceso será necesario utilizar metodologías de investigación participativa. Terminamos haciendo un punteo sobre temas que pensamos podrían, entre muchos otros, ser objeto de investigación participativa futura.
1. La soberanía alimentaria, agenda urgente
Durante el Siglo 20 se logró establecer como un derecho la seguridad alimentaria, el derecho a la población de un país a suficientes alimentos de calidad a través de todo el año. Por mucho tiempo esto se entendió como una responsabilidad de los estados, para lo cual se desarrollaron estrategias nacionales de investigación, extensión, almacenamiento y distribución. Las importaciones eran vistas como complementos a la producción nacional, y solamente en casos de emergencias humanitarias (causadas por desastres naturales o guerras) se justificaba la ayuda alimentaria mediante importaciones masivas.
Sin embargo, en las últimas décadas del Siglo 20, en plena expansión de la economía neo-liberal, se modifica el concepto de seguridad alimentaria bajo presión de los países industrializados con enormes excedentes de alimentos y las compañías transnacionales que monopolizan el comercio internacional de ‘commodities’ agrícolas (alimentos que se venden a granel sujetos a especulación en los mercados). Se estableció que lo importante era tener acceso a los alimentos en el mercado internacional, y se desmantelaron las estructuras de seguridad alimentaria en los países en desarrollo, bajo exigencias de las agencias internacionales crediticias como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Unos tras otro, en plena campaña para reducir el tamaño de los estados en vías de desarrollo a través de las privatizaciones, se obliga a los países más pobres a dejar en manos privadas la investigación, el desarrollo y la producción agrícola.
Se sacrifican las reservas nacionales de alimentos y se prioriza el acopio de divisas para comprar alimentos en el extranjero, alimentos que muchas veces eran ajenos a las mejores tradiciones agrícolas y culturales nacionales. Para conseguir esas divisas se promueven los cultivos de lujo para la exportación (café, palmas aceiteras, monocultivos de árboles para papel, etc.), en detrimento de la producción local de alimentos.
El impacto negativo de esas políticas sobre las economías nacionales, los recursos naturales y las poblaciones rurales es historia. Como respuesta, en el 1996, durante una reunión sobre recursos vegetales para la agricultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultora (la FAO), en Leipzig, Alemania, la Via Campesina, que reune a millones de agricultores familiares de todo el mundo, lanzó el nuevo concepto de la Soberanía Alimentaria, el cual incluye entre sus premisas que:
· La alimentación es un derecho humano básico.
· Todos los pueblos y estados tienen el derecho a definir sus propias políticas agrícolas y alimentarias.
· Se debe garantizar el bienestar y la permanencia de la población rural.
· Los pueblos tienen el derecho a producir la comida en su territorio, en formas que refuercen sus valores culturales y respeten el medio ambiente.
· Los pueblos indígenas, las comunidades locales, los campesinos, los agricultores, especialmente las mujeres, tienen derecho a contar con los recursos necesarios para producir comida, lo cual incluye acceso y control sobre la tierra, las semillas, el agua, los créditos y los mercados.
Hacia el año 1940 la agricultura puertorriqueña producía azúcar, tabaco y otros rubros para la exportación, mientras suplía el 65% del mercado interno de alimentos. Necesitamos volver a producir localmente una parte importante de nuestras necesidades nutricionales, si queremos garantizar en el futuro una soberanía alimentaria que ofrezca algo de seguridad en la disponibilidad y calidad de alimentos, desarrollo económico local sostenible y afinidad cultural.
2. La agricultura ecológica, agenda inevitable
Desde hace algún tiempo venimos argumentado que no hay un verdadero futuro agrícola para Puerto Rico, como proveedor significativo de alimentos para nuestra población, si no adoptamos como estrategia central la producción agroecológica. Veamos algunos argumentos:
· Nuestro territorio no aguanta más maltrato ni contaminación a sus recursos naturales agrícolas, como es el caso de los suelos, aguas y biodiversidad (silvestre y agraria). También se debe tener en cuenta el impacto negativo sobre la salud de la población de las prácticas agrícolas contaminantes.
Por lo tanto cualquier intervención agrícola masiva, como la que sería necesaria para producir una parte significativa de nuestros alimentos, no solamente no puede continuar deteriorando el medio natural, sino que tiene que incluir estrategias de mitigación y recuperación ambiental.
En cuanto a la salud humana, existen pruebas científicas que relacionan muchos problemas de salud física y mental –incluyendo algunas enfermedades muy comunes en Puerto Rico- con el abuso de químicos tóxicos en la agricultura y el procesamiento de los alimentos.
· Tenemos serios problemas en Puerto Rico de disposición de desperdicios sólidos, algunos de los cuales podrían a ser materia prima para la agricultura ecológica.
A través de un manejo apropiado, gran parte de los desperdicios orgánicos caseros e industriales, así como las podas, desyerbos y residuos de jardinería, pueden servir de abonos orgánicos. Existen experiencias a través del mundo que lo demuestran.
ADVERTENCIAS: (1) Estamos en contra del uso de abonos que son sub-productos del manejo de lodos urbanos, el llamado sludge, por lo menos hasta que no se garantice que están libres de productos contaminantes; (2) El reciclaje de desperdicios debe formar parte de esfuerzos más amplios para reducir la cantidad de basura que generamos los puertorriqueños.
· Hace falta intensificar la producción para producir alimentos en forma ecológica y eficiente en una Isla super-poblada como la nuestra.
La intensificación a través del modelo de monocultivos en base a un alto nivel de insumos externos tipo revolución verde (agro-químicos, fertilizantes de síntesis, riegos, semillas híbridas o transgénicas, maquinaria pesada), más allá de los problemas que ha causado a través del planeta, no es una opción en nuestro caso.
Mientras tanto, existen muchos ejemplos de cómo las fincas agroecológicas pequeñas y medianas pueden ser netamente más productivas que las grandes extensiones en monocultivos industriales. Cuando se cuantifican todos los alimentos y otros productos agrícolas y servicios que proveen las fincas familiares a través del año, resultan ser altamente productivas.
· Como país y ciudadanos debemos reducir nuestra huella ecológica sobre el planeta. L@s puertorriqueñ@s tenemos tasas muy altas de uso de energía, producción de residuos, contaminación química y de generación de gases que ayudan al efecto invernadero y al cambio climático.
A la agricultura, transporte y procesamiento de alimentos a nivel mundial se le adjudica una parte de la responsabilidad sobre el cambio climático. Nosotros no solamente hacemos una agricultura altamente dependiente de la mecanización y productos derivados de hidrocarburos, también refrigeramos y transportamos nuestros alimentos desde largas distancias para traerlos a la Isla por barco y avión. Las prácticas agroecológicas deberían ayudar a reducir nuestra huella ecológica.
3. La investigación participativa, agenda necesaria
Existen múltiples propuestas para la investigación participativa:
· Algunas plantean modestas concesiones en la ejecución de sus estudios por parte de los investigadores técnicos y académicos ante las poblaciones objeto.
· Otras incluyen a los supuestos beneficiarios de las investigaciones en la formulación de objetivos y el desarrollo de estrategias para la implementación de nuevas propuestas, pero los técnicos mantienen el control.
· Una genuina investigación participativa parte de un paradigma distinto al modelo dominante, y los técnicos y las comunidades agrícolas trabajan en situación de igualdad y respeto mutuo desde el diagnóstico, el desarrollo de las metodologías, los estudios de campo, hasta la implementación de las innovaciones a nivel de la finca y la evaluación de las experiencias.
En relaciones de paridad entre los técnicos y los agricultores el conocimiento, sea científico, comunitario, empírico o hereditario, es valorado en términos igualitarios.
En la tabla que sigue vemos algunos ejemplos de cambios de paradigmas
(NOTA DEL AUTOR: el formato de tabla no sale aquí en el blog, usamos los números 1 y 2 para indicar las columnas):
Comparación de paradigmas entre (1)la investigación académica y
(2) la investigaciónla participativa
1. La investigación en manos de los técnicos
2. La investigación desde los agricultores y comunidades
1. La investigación en manos de los técnicos
2. La investigación desde los agricultores y comunidades
Meta
1.Hacer los proyectos más eficientes
2.Metas múltiples: económicas, ecológicas y sociales
1.Hacer los proyectos más eficientes
2.Metas múltiples: económicas, ecológicas y sociales
Objetivo
1. Definición externa de los grupos designados como objeto de los proyectos de desarrollo
2. Múltiples articulaciones con diversos actores; coaliciones amplias y alianzas para el cambio social
Métodos principales para el análisis y la planificación
1. Armar registros, cuestionarios, relevar data, valoración del beneficiario, análisis de costo beneficio
2. Acción y aprendizaje participativo y metodologías participativas complementarias, democracia deliberativa, defensa, construcción de coaliciones, acción directa
Roles dominantes y relaciones
1. El tecnócrata iluminado y paternalismo benevolente
2. Paridad social genuina y complementariedad en el ejercicio del poder
Condicionamientos externos
1. El contexto más amplio es ignorado, no se cuestionan temas como los derechos de propiedad, tenencia de la tierra, relaciones sociales, adopción de decisiones, estructuras y procesos
2. Explícitamente preocupados por el cambio del contexto más amplio de la vida de la gente: metas sociales y ecológicas, diversidad de opciones, muchos futuros posibles
1. El contexto más amplio es ignorado, no se cuestionan temas como los derechos de propiedad, tenencia de la tierra, relaciones sociales, adopción de decisiones, estructuras y procesos
2. Explícitamente preocupados por el cambio del contexto más amplio de la vida de la gente: metas sociales y ecológicas, diversidad de opciones, muchos futuros posibles
Metas de desarrollo
1. Mejoramiento de productos y servicios
2. Minimizar la necesidad para la intervención externa, autonomía
Diversidad (social y ecológica)
1. Baja
2. Alta
1. Baja
2. Alta
(Adaptado de: Michel P. Pimbert.2003.)
A continuación sugerimos algunas puntas para la investigación participativa agroecológica en Puerto Rico:
3.1. ¿Cómo sumar biodiversidad productiva a la finca? En Puerto Rico urge enfocar en los agroecositemas de montaña, por la capacidad que tienen de diversificación e intensificación productiva.
· Estudiar diversos componentes de producción y la (inter)relación entre ellos: hortalizas, tubérculos, forestales, animales, apicultura, cultivos de alta rentabilidad (cash crops): café, flores, frutas exóticas, maderas nobles, plantas medicinales.
3.2. Estabilización ecológica y productiva de la finca orgánica.
· Control de erosión del suelo.
· Manejo de los ciclos del agua.
· Manejo de la fertilidad de los agroecosistemas a través de la materia orgánica, rotaciones y asociaciones de cultivos.
· Establecimiento de componentes permanentes y semi-permanentes en la finca; estudio de sistemas tradicionales e integración de estrategias de permacultura.
· Reducción/estabilización de las plagas y enfermedades en el agroecosistema.
· Diversidad de productos en el espacio y el tiempo.
3.3. El uso de leguminosas y otras plantas como coberturas y acompañamiento en las rotaciones de cultivos para añadir resiliencia al agroecosistema.
· El uso de leguminosas rastreras (habichuelas aladas, aterciopeladas, etc.) en acompañamiento de cultivos y descanso de los suelos.
· Multiplicidad de funciones en las coberturas: manejo de humedad, materia orgánica, control de vegetación no deseada, biodiversidad, polinización, protección del suelo.
· ‘Manojos’ (bundles) de cultivos como coberturas en las rotaciones para que cumplan varias funciones: soltar el suelo y sub-suelo, añadir nutrientes, control de vegetación, proveer biomasa, funciones alopáticas, etc.
3.4. Complementos para el sustento de la familia agrícola en la finca agroecológica.
· La finca orgánica y el mercadeo directo alternativo; con apoyo comunitario (CSA).
· El ecoturismo participativo.
· La finca ecológica como espacio educativo.
· La micro-industrialización para añadir valor en la finca: mermeladas, bebidas, pastelería, dulces, artesanías, comidas, ensaladas, entre otros.
· Producción y venta de productos y servicios para la agricultura: abonos orgánicos, semillas, plantines, arado con bueyes, transporte de mercancías, etc.
3.5. El agricultor y la agricultora como custodios de la biodiversidad agrícola.
· Criterios para seleccionar variedades en la finca orgánica.
· Los agricultores como mejoradores de cultivos.
· Sistemas comunitarios para conservar, reproducir y distribuir semillas orgánicas.
· Recuperación de variedades nativas adaptadas a los agroecosistemas puertorriqueños.
· Re-introducción cultural de cultivos y variedades tradicionales en la alimentación y el mercado.
Muchas gracias y esperamos que estas notas aporten a construir esa otra agricultura posible que Puerto Rico necesita y merece.
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(*)El autor es especialita en agricultura ecológica y políticas públicas en biodiversidad agrícola, y autor de "El Huerto Casero: manual de agricultura orgánica" (2008) y "La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica" (1993, abril 2010). Correo electrónico: info@ecoser.org
Referencias y recursos:
Nelson Alvarez Febles. (Inédito) “De la autosuficiencia alimentaria a la colonia, camino de la soberanía alimentaria.” Capítulo para un libro sobre soberanía alimentaria en Puerto Rico, de próxima publicación.
IDRC. “Recursos de información sobre la investigación y el desarrollo participativo.” Canadá.
http://www.crdi.ca/lacro/ev-85105-201-1-DO_TOPIC.html
GRAIN (Nelson Alvarez Febles): “La biodiversidad agrícola produce más.” Revista Biodiversidad, junio 1998.
PANNA. Extensa literatura científica sobre el impacto de los plaguicidas sobre la salud y el medio ambiente. Hay información para expertos, agricultores y público en general.
http://www.pesticideinfo.org/
Pesticide Action Network of North America:
http://www.panna.org/
Michel P. Pimbert. 2009. Towards Food Sovereignty. Gatekeeper 141, IIED, Londres.
http://www.iied.org/pubs/pdfs/14855IIED.pdf
Michel P. Pimbert. 2003. “Participación en el manejo de la biodiversidad.” Revista Biodiversidad: sustento y cultura, núm 36, págs. 1-7, abril, Montevideo.
http://www.grain.org/biodiversidad_files/biodiv36-1-participacion.pdf
Jules Pretty. 2009. “Can Ecological Agriculture Feed Nine Million People?” Monthly Review, November.
http://monthlyreview.org/
Para conocer la excelente bibliografía de Jules Pretty sobre sustentabilidad agrícola:
http://www.julespretty.com/index.html
C. Reijntjes, B. Haverkort, A. Waters-Bayer. 1995. Cultivando para el futuro: introducción a la Agricultura de Bajos Insumos Externos. ILEIA/AGRECOL/REDES, Holanda/Uruguay.
http://latinoamerica.leisa.info/index.php?url=about.tpl